Este martes salió a la luz el crimen de una mujer de 33 años que fue asesinada en Buenos Aires, tras oponerse a que su hija de sólo 11 tuviese una relación sentimental con un sujeto de 28.

La víctima que ha sido identificada como Serafina López, había denunciado al sujeto -llamado Cosme Baéz- por violación en contra de su hija, quien por su parte la amenazó de muerte. Palabra que sí cumplió, consigna La Nación de Argentina.

No te tengo miedo. Si tengo que morir por mi hija, entonces moriré“, le habría dicho la mujer a la “pareja” de su hija.

López murió el 14 de noviembre de 2014 mientras dormía en su habitación producto de un disparo en la cabeza, que fue ejecutado por uno de lo sicarios (menores de 18 años) que contrató Baéz.

Tras el asesinato de la mujer, Baéz huyó con la niña de 11 años, mientras comenzaba la investigación del asesinato de su madre.

Hijas ayudaron

La noche del crimen, los sicarios de Baéz ingresaron a la casa de López gracias a la ayuda de la niña de 11 años y a su hermana mayor de 16, además de un primo y la pareja de este último (todos menores de 18 años), quienes abrieron la puerta a los victimarios.

Luego de unos meses, la hermana mayor confesó su colaboración en el crimen, asegurando que soñaba con su madre y entregó la base para averiguar lo ocurrido, afirma Débora Huczek, abogada de la familia López.

Por su parte, Baéz llegó a estar prófugo durante un mes después del asesinato, cuando fue encontrado por la policía -y previo a un enfrentamiento a tiros- fue detenido. Mientras la niña fue hallada en un terminal de buses con la misma ropa del día del crimen.

Tras la detención del sujeto, se descubrió que sobre él pesaba una orden de detención en Paraguay por homicidio y una de extradición a ese país por narcotráfico.

De esta forma, en Argentina avanzan ahora dos nuevas investigaciones en su contra, una por asesinato y otra por violación.

Además, la hija mayor está procesada por homicidio agravado por vínculo familiar, mientras su primo y la pareja de éste por homicidio con alevosía. La niña de 11 años y uno de los sicarios fueron declarados inimputables, mientras que otro de los asesinos todavía está prófugo.