Diversas declaraciones han surgido tras la demanda y contrademanda anunciadas por el conflicto del uso de las aguas del río Silala. El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García, catalogó como “chambonada” la demanda chilena, mientras desde Chile definieron como “vuelta de carnero” en el discurso boliviano.

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La tensión se acrecienta y queda en evidencia en el tono de las declaraciones de ambos países, desde que Chile demandó a Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia por el uso de las aguas del río Silala.

A través de su cuenta de Twitter, el presidente del país vecino, Evo Morales, dedicó un mensaje a políticos chilenos, a quienes dijo que “no estamos en tiempos de invadir y saquear. Son tiempos de integración y liberación de los pueblos”.

Posteriormente, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García, acusó de desprolijidad y contradicciones de la diplomacia chilena y catalogó la demanda por el Silala como una “chambonada“.

“Jurídicamente es una chambonada, diplomáticamente un despropósito y geográficamente una aberración. Esto habla de una desprolijidad y de un mundo de contradicciones de la diplomacia chilena, que reflejan la derrota histórica de la posición de Chile, frente a Bolivia”, aseguró García.

En la misma línea, el procurador general del Estado boliviano, Héctor Árce, se sumó a las críticas al declarar que -a su juicio- “es liviana la demanda chilena y que se hizo a la rápida”.

“Totalmente liviana. No es una demanda que se base con apoyos jurídicos y técnicos solventes, como sí trabaja siempre Bolivia y seguirá trabajando. Es una demanda precaria, improvisada y hecha a la rápida“, arremetió Árce.

Apreciaciones que echaron por tierra desde Chile. La agente del país en la demanda por el Silala, Ximena Fuentes, defendió la solidez de la acción jurídica.

“No es una demanda para nada improvisada, sí el empujoncito final nos lo dio el anuncio del presidente Morales el 23 de marzo que nos iba a demandar. Pero que no se vea como un acto inamistoso, al contrario, cuando dos países no logran acuerdo, qué mejor que un tercero lo pueda zanjar”, declaró la especialista en fronteras.

El embajador en misión especial frente a la Haya, Gabriel Gaspar, advirtió que son los ataques los que debilitan y acusó al Gobierno de Bolivia, de darse una “vuelta de carnero”.

“Los insultos y los agravios son los que demuestran debilidad. Nosotros lamentamos que la diplomacia boliviana haya recurrido a un conjunto de caricaturas, adjetivos, agravios y descalificaciones”, detalló Gaspar, quien además agregó que “ellos dicen una chambonada. Entonces quién se está dando vuelta de carnero”.

En la Cancillería aseguraron que Bolivia deberá responder falacias en la Corte y dicen que finalmente les salió el habla, después de 24 horas de desconcierto.