Hace sólo algunos meses se lanzó oficialmente la nueva Toyota Hilux, correspondiente a la octava generación del modelo.
Dotada de un interior mejor acabado, más atractivo y con un equipamiento tecnológico que no se había sido antes en una Hilux, la camioneta comenzó a llamar la atención dentro de un mercado que constantemente debe mantenerse a la vanguardia.
Sin embargo, un reciente artículo de la revista sueca Teknikens Värld asegura a través de un video que el modelo -que se vende en Chile- no pudo superar el “test del alce”.
Todo se remonta a 2007, cuando la publicación europea sometió la Hilux a esta prueba para comprobar el funcionamiento de sus sistemas como el ESP o las suspensiones. Los especialistas comprobaron que había un elevado riesgo de volcamiento.
Nueve años han pasado desde entonces, y el citado medio ha vuelto a probar el nuevo modelo. “El Hilux se dispone a realizar la maniobra a una velocidad de 60 km/h y cuando sale del primer viraje las ruedas interiores se levantan, quedando sobre dos ruedas y cerca de volcar de no ser por la reacción del piloto”, afirma el sitio especializado Actualidad Motor.
Si bien el medio sueco realizó las pruebas con llantas de 17 y 18 pulgadas, el resultado fue bastante parecido: las dos ruedas interiores continuaron levantándose.
Frente a esta situación, Toyota Chile señaló: “En Toyota aplicamos estrictas normas de seguridad para todos nuestros productos y Hilux cumple con ellas. Como la seguridad de los clientes sigue siendo nuestra prioridad número uno, estamos conversando con la revista sueca para entender los resultados de las pruebas que realizaron con más detalle”.
“Una vez que recopilemos y confirmemos esa información, rápidamente determinaremos nuestra respuesta y les estaremos avisando por esta vía”, agregó.
¿Qué es el test del alce?
Esta prueba se realiza para establecer si un determinado vehículo está capacitado para esquivar un obstáculo inesperado sin deslizarse, ni mucho menos volcarse.
Para esto el conductor que efectúa el test debe viajar a 60 km/h para luego cambiar de pista y así evitar a un “alce”. Posteriormente, y sin disminuir la velocidad, debe volver a ubicarse en su pista original para no chocar con un automóvil que venga en la dirección contraria.
Es una prueba estándar que durante los últimos años se ha vuelto bastante popular para medir la estabilidad de los autos.
