El cáncer de próstata es uno de los tipos de cáncer más mortales en hombres en nuestro país, pues se calcula que cada año mueren entre mil y dos mil chilenos por esta razón.

Esta enfermedad afecta principalmente a hombres mayores de 75 años y es raro que se presente en aquellos menores de 40 años. A partir de esa edad se recomienda estar atento a cualquier síntoma fuera de lo común que podría indicar algún problema, además de realizarse chequeos de forma periódica.

Si bien el cáncer es algo complejo de enfrentar, lo cierto es que si se supera, los problemas no terminan ahí: existe una alta probabilidad de que el paciente presente disfunción eréctil tras la cirugía y terapias a las que debe someterse.

Así lo explica Juan de Armas Mendoza, médico cirujano y director médico de Medical Sex Center, un recinto ubicado en Providencia que se especializa en tratar esta y otras patologías sexuales.

De acuerdo a De Armas, es vital que los hombres sepan con anterioridad los problemas sexuales que pueden tener tras un tratamiento por cáncer de próstata, pues hay muchos que se someten a las terapias sin saber las consecuencias.

“Aunque no lo creas, hay pacientes que son operados de la próstata y llegan acá a la clínica y me dicen ‘el doctor nunca me dijo que me iba a pasar esto"”, relata.

En ese sentido, acota que “es completamente importante e indispensable que el médico oriente adecuadamente al paciente que va a entrar en un tratamiento, y que parte de su explicación de la patología sea enfocada en esa área”.

Según explica el experto, hay pacientes a quienes se les han hecho resecciones totales de la próstata y pueden incluso “perder totalmente la capacidad de tener erecciones”.

La buena noticia es que, en la gran mayoría de los casos, es posible realizar tratamientos para recuperar la capacidad de tener erecciones luego de un cáncer de próstata.

Existen múltiples tratamientos para superar la disfunción eréctil, por lo que se debe consultar a un especialista para saber cuál es el más adecuado para cada caso.

Estos usualmente se realizan durante los primeros dos años tras la cirugía por cáncer, pues si no se tiene erección tras ese lapso, es posible que los tejidos se debiliten.

El más frecuente es el tratamiento oral con medicamentos llamados inhibidores de la fosfodiesterasa. Otra terapia disponible es la de inyecciones en el pene, en la cual se inyecta una sustancia que tiene una acción local que facilita la erección.

Asimismo, si los métodos ya mencionados no son eficaces, existen otras opciones como los dispositivos de vacío (provocan un vacío haciendo que el pene se llene de sangre y se produzca la erección) o la colocación de una prótesis de pene.

Más información al respecto la puedes hallar en Medical Sex Center.