El poderío económico del Manchester United volvió a quedar demostrado con los millonarios costos de la transferencia de Alexis Sánchez. El chileno pasó a ser el jugador mejor pagado de la Premier League, ganando 400 mil libras semanales.

A pesar de que se habló de una lucha de egos en el camarín, donde jugadores como Paul Pogba y David de Gea habrían pedido igualar el salario del chileno, las primera voces en contra el sueldo del tocopillano viniern desde otro lado: la propia comunidad del Manchester United.

Un grupo de trabajadores del club, en conjunto de autoridades locales y fanáticos, iniciaron una campaña para concertar una reunión con el vicepresidente ejecutivo del club, Ed Woodward, incluso por medio de una carta. ¿La razón? Los bajos salarios que reciben en comparación a los “grotescos” contratos de algunas de sus estrellas.

El grupo denominado “Ciudadanos de Manchester” puso como gran ejemplo el actual contrato de la nueva estrella del ‘United’, Alexis Sánchez y las cifran hablan por si solas: Una semana de salario equivale al pago anual de 23 trabajadores, y 82 minutos en la vida de Sánchez ( no alcanza a ser un partido completo) bastaría para ganar lo mismo que obtiene anualmente un trabajador.

En la misiva, el grupo recalca que “Manchester United fue una vez más nombrado el club más rico del mundo y además es la casa de 3 de los 5 jugadores mejor pagados de la Premier ( Sánchez, Lukaku Pogba) por eso te estamos pidiendo que muestres liderazgo para adoptar un nuevo enfoque empresarial que asegure el costo de vida para un trabajador con bajo salario”.

Además destacan el aporte que hacen al club: “El espíritu y la pasión demostrada por el staff que tiene bajo salario ha ayudado a construir al prestigio que tiene el Teatro de los sueños. Trabajadores que dedican su tiempo alejados de su familia, guardias y personal de aseo que trabajan de noche, todos aquellos que colaboran a que la magia de los partidos ocurra, merecen vivir con dignidad”.

El grupo pretende reunirse a las afueras del estadio para manifestarse, hacer presión y lograr un compromiso del equipo, en una iniciativa que ya ha sido adoptada por clubes como el Chelsea, West Ham y Everton.