Claudia DiGirólamo regresó a TVN en 2015 para ayudar a revivir el área dramática de la estación pública con la teleserie Matriarcas. La producción iba a reunir a la actriz con su eterna pareja televisiva Francisco Reyes, sin embargo, la apuesta no tuvo los resultados esperados.

A poco más de un año de haber vuelto al canal, DiGirólamo fue desvinculada, lo que no fue una gran sorpresa para ella. “Lo veía venir. Por ciertas situaciones no de mala onda ni nada, sino por ciertas situaciones, comentarios, etc., donde yo dije ‘voy caminando directamente hacia la puerta’. Había proyectos y nunca se acercaban a mí, entonces se empieza a desgastar todo, y era evidente que iban a esperar a que mi contrato se venciera y luego no lo iban a renovar“, señaló a la Revista Ya de El Mercurio.

“Me dijeron que habían proyectos, pero que no había ni un personaje para mí. Me sentí desechada, pensé que era por un tema de edad, pero luego pensé que eso hablaría muy mal de un canal público que en su proyecto de vida tiene la obligación de ser pluralista, diverso”, señaló.

Su estadía en Matriarcas no fue de las mejores. De hecho, la actriz asegura que lo pasó pésimo. “Qué bueno poder decirlo ahora libremente”, reconoció.

Gary y Diana ensayan una de sus escenas ! #matriarcas 💜

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Claudia aceptó unirse al proyecto luego que la productora Verónica Saquel (actualmente en Mega) la llamara para contarle la historia. “Me lo contó con tanto entusiasmo que era imposible no contagiarse. Pero bueno, ahí operó la capacidad de uno de querer creer. Me gustó que era una abuela, que tenía 30 nietos y eso, pensaba yo, era una oportunidad de hablar de las distintas madres, de la decisión de ser madre, más que soltera, madre sola. De eso me enamoré, pero bueno, también me desilusioné mucho después”, explicó.

“La historia no creció, y no quiero ni pensar lo difícil que debe ser escribir una teleserie, pero yo empecé a pasarlo mal, muy mal, empecé a adelgazar. Al mismo tiempo estaba haciendo La tempestad en teatro, entonces, me levantaba a las 5:00 a estudiar las escenas de la teleserie, grababa todo el día, y cuando llegaba al teatro borraba mentalmente el día en el canal. Decía ‘qué rico estar acá’. Me tomaba mi café, me fumaba mi cigarro y me olvidaba del día de grabación. Pero al final de ese año, cuando me miré al espejo, con ocho kilos menos y los pantalones que se caían solos, pensé que no estaba siendo muy feliz”, comentó.

¿ Qué les pareció el capítulo de hoy ? A quien creen que afectará la próxima nueva verdad ? #matriarcas 💜

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Su salida llegó pocos meses después del despido de su pareja Vicente Sabatini. “No es entendible desde ningún punto de vista que a Vicente lo hayan echado de Televisión Nacional de Chile, donde había regresado hacía sólo seis meses, donde tenía muchos proyectos y siendo, además, una persona que evidentemente tiene un rol significativo en la historia de la televisión chilena, sobre todo en el discurso fundamental de TVN desde la vuelta a la democracia”, sentenció.

A pesar de contar con la dupla de oro de los años 90, la audiencia no acompañó a la teleserie. “El rating fue absolutamente justificado. Y claro que fue muy complicado, fue un período muy difícil. Era bien estresante ver que personas que estaban haciendo el boom (ese micrófono peludo) en la mañana, en la tarde ya no estaban ahí. Tenían que irse así (chista los dedos). Era bien fuerte ver el desangre del canal”, argumentó.

Mañana sabremos si Diana aceptará la vida con un estafador ! No se la pierdan #matriarcas

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Sobre el actual escenario de los canales, la actriz asegura que Mega es uno de los pocos lugares que queda para trabajar, pero que “no cabe ni una aguja” más allí. “Esta lleno de proyectos y eso es una exquisitez, porque hay muchas personas que tuvieron acceso a ese trabajo: camarógrafos, cablistas, asistentes, escritores y actores”.

Estoy cesante de la televisión, es verdad, pero no tengo que tenerle miedo. No tengo miedo a la cesantía porque eso hace que mi cabeza empiece a crear y busque opciones dentro del oficio”, aseguró.

Actualmente la actriz tiene 60 años y hace poco dejó la casa donde vivió por 30 años y donde vio a sus hijos crecer, para cambiarse a un departamento más pequeño y seguro, donde puede disfrutar de la paz y tranquilidad que le entrega la soledad.