El talento de Pablo Picasso va más allá de las palabras y lo hizo pasar a la historia como uno de los pintores más destacados del mundo. Pero su vida personal fue bastante menos exitosa.

Picasso tuvo una larga lista de amantes cuyas vidas fueron marcadas por el pintor. Una de ellas fue Dora Maar, con quien tuvo una relación de amor y odio que se extendió por siete años.

Maar era una fotógrafa francesa que a corta edad ya se había hecho de un nombre dentro del mundo del arte. Cuando conoció a Picasso en 1936 era considerada una estrella en ascenso dentro del círculo surrealista, de hecho, una de sus fotos se transformó en un emblema para el movimiento.

Sin embargo, la influencia de Picasso la hizo renunciar a la fotografía para dedicarse a la pintura, ya que el hombre consideraba la fotografía como un tipo de arte inferior e insistía que “en cada fotógrafo había un pintor tratando salir”.

Pablo Picasso y Dora Maar | Man Ray
Pablo Picasso y Dora Maar | Man Ray

Por supuesto, el arte de Maar fue opacado por la sombre de Picasso, hasta que finalmente sólo fue recordada por ser la musa que inspiró la iconica serie La mujer que llora.

Tras el fin de su relación en 1946, luego de que el pintor se enamorara de una mujer más joven, Dora se aisló del mundo público y al momento de su fallecimiento su obra había sido largamente olvidada.

Sin embargo, sus primeros días como artista en París, nunca dieron señales de cómo terminaría sus días: sola y aislada.

Dora Maar
Dora Maar

Hija de una madre francesa y un padre arquitecto croata, Dora creció entre París y Buenos Aires. Desde muy pequeña demostró tener talento y su familia la impulsó a desarrollar sus habilidades. A los 19 años se instalaron en Francia, donde ella comenzó sus estudios formales de arte con grandes figuras como André Lhote, Henri Cartier-Bresson y en la Escuela de Fotografía de la Ciudad de París, la Union Centrale des Arts Décoratifs y la Académie Julian.

Aunque la fotografía siempre fue su pasión, dividió su tiempo también con la pintura. Finalmente en 1930 no pudo negar más su vocación y se dedicó por completo a trabajar como fotógrafa consiguiendo proyectos comerciales, donde el surrealismo tenía un protagonismo especial en su trabajo.

Pero Dora no se quedó sólo con proyectos de moda y comerciales, sino que también quiso capturar la realidad de ese tiempo mostrando el lado sórdido de la pobreza parisina, además de la idiosincrasia de un país que estaba a punto de entrar a la guerra.

Además estuvo fuertemente involucrada en el mundo político de la época, siendo parte de importantes círculos de intelectuales de izquierda.

Mendigo ciego | Dora Maar (1934)
Mendigo ciego | Dora Maar (1934)

Su intrigante tipo de fotografía la hizo viajar por toda Europa en busca de inspiración, pero para poder mantenerse también tuvo que trabajar como fotógrafa de películas. Fue durante el rodaje de Le Crime de Monsieur Lange (1936) de Jean Renoir cuando vio por primera vez a Pablo Picasso.

Un cruel amor

26 años menor que él, la mujer quedó intrigada con el pintor, así que no descansó hasta que encontró la forma de conocerlo. Averiguó el nombre de un café que él solía frecuentar en París y lo esperó hasta que fueron presentados por el poeta Paul Elouard.

Desde el principio, Picasso se mostró fascinado por la chica cuyos ojos claros destacaban de su rostro serio. Cuando se vieron por primera vez, Dora jugaba con una navaja a pinchar entre sus dedos extendidos sobre la mesa. El pintor se fijó en las gotas de sangre que se veían en sus guantes blancos, lo que atrajo aún más su atención. Finalmente, no sólo le pidió una cita, sino que también uno de esos guantes.

Dora Maar | Autoretrato (1936)
Dora Maar | Autoretrato (1936)

Durante sus primeros años de relación, el trabajo de ambos vivió una explosión de creatividad, y Maar aprovechó de experimentar y explorar diferentes áreas de su fotografía.

Los dos pronto se convirtieron en inseparables. Dora incluso fue su musa para varias obras donde la muestra principalmente angustiada. “Para mí, ella es la mujer que llora”, dijo Picasso en una ocasión. “Durante años la pinté en formas torturadas, no a través del sadismo, y tampoco con placer; sólo obedeciendo una visión que se forzó sobre mí. Era una realidad profunda, no superficial”, agregó.

Maar también se transformó en la fotógrafa oficial del pintor mientras trabajaba en el Guernica, realizando el primer registro fotográfico de la creación de una obra de arte moderna de principio a fin.

Dora Maar
Dora Maar

Pero mientras el pintor admiraba su feroz intelecto y su compromiso con su trabajo, la naturaleza machista de Picasso fue rompiendo el espíritu de la fotógrafa. Los desprecios y humillaciones hacia ella eran continuos, sin ir más lejos no dejaba que Dora lo visitara a menos que fuera invitada y nunca vivieron juntos. Incluso existen rumores de que el hombre incluso llegó a maltratarla física y psicológicamente.

Además durante gran parte del tiempo que estuvieron juntos, siguió viendo a su amante y madre de su hijo, Marie-Thérèse Walter, lo que desató los celos de Dora. Las cosas empeoraron cuando Picasso conoció a Françoise Gilot, una mujer más joven Maar, con quien el artista inició un romance paralelo en 1943.

Al poco tiempo, Maar tuvo un colapso mental y fue ingresada en una clínica psiquiátrica, pero no terminó su relación con Picasso hasta un año después.

Françoise Gilot y Pablo Picasso
Françoise Gilot y Pablo Picasso

El fin del romance caló hondo en la mujer, quien se aisló del mundo y se volcó a la religión. Se volvió cada vez más devota, particularmente durante las últimas dos décadas de su vida.

Dejó por completo la fotografía y aunque comenzó a pintar naturalezas muertas y paisajes siempre se negó a exponer.

Dora Murió en 1997 a los 89 años en París. No tenía muchas posesiones, excepto 130 obras de Picasso que heredó a un monje.

Dora en el siglo XXI

La relación de Dora y Picasso es uno de los elementos que se abordará en la segunda temporada de Genius, la serie de Nat Geo que cuenta la vida del pintor y que en Chile es emitida los días lunes a las 22:00 horas.

La fotógrafa es interpretada por la actriz inglesa Samatha Colley, quien realmente terminó admirando a la artista. “Mi primera impresión es que ella era mucho más cool de lo que soy como persona”, señaló la actriz a BioBioChile.

“Ella era una francesa que estaba realmente involucrada políticamente en la década de 1930 en París y que tomaba una posición en contra de las cosas que no creía que eran correctas, en un momento en el que las mujeres no daban a conocer sus puntos de vista abiertamente ni vivían de una manera diferente a la norma”, agregó. “Creo que es una mujer realmente genial y he aprendido mucho de ella”.

Genius
Genius

Según la actriz, Dora era una mujer intensa y que vivía con una gran pasión. “Lo que más disfruté de este personaje es que ella es muy diferente a mí. Ella era muy fuerte, pero también podía ser bastante melancólica e intensa, y me encantó transformarme en otra persona”, aseguró. “Era una mujer extremadamente peligrosa, ingeniosa y divertida, y su relación con Pablo Picasso estaba llena de pasión y humor. Fue realmente emocionante explorar eso con Antonio (Banderas, quien interpreta al pintor)”.

Según Samantha, la relación con Picasso la llevó a un lugar oscuro de donde nunca pudo salir. “Al conocer a Picasso ella abandona su vida y su trabajo, entrega su rumbo y pasión enteramente al vínculo con él. Si bien en un principio eso es hermoso, después hace que cuando su relación se rompa no tenga adonde ir y se aísle. Esa es la lección, nunca sacrificarte por la vida y visión de otro. Es justo decir que ella se perdió por haberle dado todo a Picasso. Yo me cuidaría de hacer algo así”, cierra.

Revisa aquí parte del trabajo de Dora

#DoraMaar 1933 #portrait 🍃

A post shared by Vanessa (@msvwoods) on

. Man Ray 1936

A post shared by @ her.wildeyes on

Dora Maar, Sans Titre, 1936. #art #surrealism #photography #doramaar

A post shared by Laura Gutiérrez (@bonheurlala) on