Lo esperábamos en un segundo piso. “¿Y qué?”, habrá pensado cuando le dijeron que le hacían la guardia para una entrevista. Para llegar a nosotros debió recorrer varios pasillos y una escalera de madera. Otro pensamiento, suponemos: “Vamos no más, vamos”. Un par de personas, cada ciertos pasos, lo detenían para tomarse una selfie o pedirle un saludo. “Claro, no hay problema”. Hasta que al fin llegó.

Minutos antes había terminado una charla motivacional destinada a alumnos de la Universidad del Desarrollo en Concepción y, después de conversar con nosotros, debía irse a otra actividad de la DAE UDD, donde sería el presidente del jurado de un concurso de talentos. “No para este hombre”, pensamos.

Y a pesar de que el día anterior había estado en Quilpué, en la región de Valparaíso, el cansancio de tanto viaje no era tan evidente. Así es el día a día de Óscar “Oscarito” Álvarez, de 39 años, que ha pasado su vida entre la radio, la televisión, el humor, los amigos, y la Teletón.

El día en que descubrió la comedia, la perspectiva con que veía su vida cambió completamente. Había nacido en 1979 con una malformación congénita que lo trajo al mundo sin brazos y con serios problemas en sus piernas. Pero, tras varios años de rehabilitación en Temuco, ningún pasillo ni escalera es un obstáculo. Al menos eso demuestra.

No obstante, para Óscar existe una evidente dificultad al realizar actividades que, para gran parte de nosotros, podrían resultar muy fáciles. Ir al baño, servirse jugo, abrochar zapatos o cerrar una camisa, por ejemplo.

Sentado en una oficina de reuniones, el protagonista de la entrevista pide un bebestible antes de lanzarse a conversar. “¿Empezamos?”. “Empezamos”.

“Soy totalmente feliz”

Si la vida fuera un constante oleaje de mar, en que las crestas son las cosas buenas y el fondo del océano es lo malo, Óscar vendría siendo algo así como el campeón mundial de surf. Y es que él sí que sabe de superación.

Si bien últimamente ha aparecido en los medios de comunicación ganándose el cariño de las audiencias, verlo en la calle es como encontrarse con cualquiera. Él realiza un simple ejercicio: sigue “haciendo la vida, yendo a los malls y viendo las cuentas”, aunque eso signifique demorar el triple en cada trámite, producto de los admiradores.

“Soy una persona que valora el tiempo que está viviendo: el hoy y el ahora”, dice.

Soy un tipo totalmente feliz, aunque no tengo todos mis temas resueltos (…) a veces estoy muy sólido y luego en la incertidumbre”, continúa, explicando luego que todos los meses se las ingenia para ver qué hacer y recibir recursos. “En esos temas, no está todo resuelto”, aclara.

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Viejos tiempos

Óscar llegó al mundo con la malformación. No fue como otros casos en que algún accidente produce daños en el cuerpo. Por esto, aseguró que “no tengo otra realidad que no sea una perspectiva con discapacidad (…) Yo nací así, con esta patología, y esto me ha ayudado a ver la vida de otra manera”.

De esta forma conoció, lo que dice, es su piedra angular en la vida: el humor. Explicó que viene de una familia en que los chistes y la diversión estaban a la orden del día. “Eso me ayudó a llevar un proceso de mi vida, en la adolescencia que fue muy complicado. Porque yo quería ser de otra manera, quería tener otro físico”, dijo.

“Pretendía ser de 1,80 metros (…) Después, con el tiempo, me di cuenta que era un tema de que tenía que aceptarme”, pero aún así realizaba actividades que no debía, por lo que muchas veces recibió retos de los médicos que lo trataban.

Su adolescencia fue bastante dura. Óscar hacía su día a día a la par con sus compañeros, y hasta ahí todo iba bien. Pero el período es reconocido por las complicaciones emocionales que trae a los jóvenes, y este comediante no fue la excepción.

Empecé a poner más atención a mi cuerpo a los 14 o 15 años, y esto terminó recién a los 20 y algo. Ahí terminé de aceptarme. Yo no quería ser como soy“, recordó.

Y con sus inseguridades físicas vino lo que hoy, cientos de niños siguen sufriendo en sus colegios: las burlas de sus compañeros. “Sufrí mucho bullying y lo digo con mucho pudor”, rememoró.

Su defensa eran las peleas a golpes y devolver las burlas. “Cuando empecé a recibir bullying, yo aprendí también a hacer bullying. Esa fue mi arma de batalla”, aseguró.

La gringa

Ya lo decía Óscar: el humor es su piedra angular. Le ha permitido olvidar ciertos problemas, sobreponerse a su vida y conquistar a gran parte del público chileno.

Pero no hay sólo risas, pues la comedia le ha traído uno que otro problema. El último ocurrió cuando participaba de los viernes sin censura del programa Mentiras Verdaderas (La Red). En la ocasión, una historia que fue retransmitida un día antes de una marcha por #NiUnaMenos, le pasó la cuenta.

El “chiste” incluía el relato de la violación de una “gringa”, como recuerda, y aunque en el set causó risas, para los televidentes no fue nada chistoso.

¿Nos podemos reír de todo?, le preguntamos. “Sí, porque son chistes, situaciones inventadas”, respondió.

Los comediantes han estado muy cuestionados durante este último tiempo, siempre que -se acusa- algunos de los temas que utilizan son machistas, xenófobos y homofóbicos (o diciéndolo de otra forma: se ríen de la suegra, del “negrito” y del “gay”).

“Esto pasa porque la sociedad está con los problemas muy a sobrepiel. Creo que se extralimita el hecho de que sea un chiste, a que vaya a pasar a la realidad”, explicó Óscar.

De todas formas, aclaró que le parece “grave” la situación que viven las mujeres en la actualidad. “Es grave que a una mujer, porque dejó de querer, le peguen o le maten”, expresó.

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Del humor a la fama

El caso de Óscar es conocido a nivel nacional pues, incluso, ha sido parte de varias ediciones de la Teletón y ha participado de diversos programas de humor, lo que lo llevó a vincularse con personas influyentes del espectáculo

En la televisión, ahora, se acepta un variopinto de gente (…) Y es bonito ver que uno tenía a personas de la televisión tan endiosados, y notar que son de carne y hueso. Ellos me respetan como profesional”, explicó.

Así es como a lo largo de su carrera por los medios, ha logrado hacer varias amistades. “Considero que alguien es amigo cuando vas a su casa. Amigos, que lo son realmente, son Stefan Kramer, Juan Pablo Queraltó, Eduardo Fuentes y Karol Lucero”. Entre risas comenta que con algunos se junta a jugar play station.

Foto tomada antes del lanzamiento de @teleton_chile

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Pero, a pesar de todo, este comediante es completamente feliz.

Tanto así que la vida lo premia día a día. Actualmente conduce un programa de conversación y humor en el canal Vive de VTR, que es emitido todos los días a las 21:00 horas. Además, comenzaría a participar periódicamente de los viernes sin censura de Mentiras Verdaderas (La Red).

Y no sólo eso, pues en lo amoroso su vida va de ‘viento en popa’. “Soy bien celoso con el tema de mi vida privada, pero no voy a negar que estoy en una relación”, reconoció.

“Me proyecto como toda persona. Cada vez que uno va dando un paso en una relación, obviamente tiene temores de fracasar (…) Pero yo creo que me proyecto como toda la gente, no soy tan ajeno al resto“, finalizó.