Francisco Reyes celebró en grande el triunfo de Una Mujer Fantástica en los premios Óscar. Y es que es el segundo galardón de este tipo que recibe una producción chilena, por lo que vale la pena festejar.

Mientras en Chile muchos celebraban, el equipo realizador de la cinta vivía su propio sueño. “Fue maravilloso. Fue una emoción impresionante haber ganado el Óscar. El momento en que lo anuncian, el momento en que subimos al escenario, todo eso es realmente impactante. Una energía maravillosa”, aseguró Francisco Reyes en un contacto con Muy Buenos Días.

Según el actor, el público del teatro Dolby estaba con ellos, lo cual los puso más nerviosos. “Estábamos bastante ansiosos. Corríamos peligro, porque se escuchaba mucho que era favorita la película. Y teníamos el temor de que, si no nos iba bien, nos pegábamos un guatazo que nos iba a doler, a pesar de que Una Mujer Fantástica ha volado altísimo”, explicó.

LA ÚLTIMA FOTO. #Oscars

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Pero a pesar de sus temores consiguieron el éxito y celebraron como corresponde. “Después de bajarnos -del escenario- echamos unas cuantas chuchadas. Así como liberando energía en bambalinas. Después pasamos por la prensa y nos estuvieron preguntando mucho rato distintos medios de prensa. Y después Lelio fue atrapado por mucho rato también”, comentó.

“Nosotros, mientras tanto, nos dedicamos a pedir algunos ‘ansiolíticos’. Y después seguimos en distintos lugares donde se celebraba la final del certamen
. Y ahora estamos, como se dice, es el momento de apagar la luz”, aseguró.

Pero pese a la efervescencia del momento, y a que había asegurado que se iba a tomar fotos con todas las estrellas de Hollywood, Francisco desistió de su idea. “Me dio pudor. Pero puedo decirte que la máxima conquista de hoy fue abrazar y besar a la Meryl Streep. Eso fue lo máximo de la noche”, dijo.

“No me dio para tirar la foto, porque se molestan, yo creo, porque finalmente es un espacio donde están más o menos protegidos de los paparazzi. Entonces tomarse fotos no es bueno para ellos, yo creo. Así que nada. Me quedé con los recuerdos, con las sensaciones, la sensación de la piel, en fin, los aromas”, comentó.

Según contó Reyes, la anhelada estatuilla pesa cuatro kilos y es de bronce enchapada en oro. “Ahora ha andado de mano en mano entre todo el grupo que anda aquí”, agregó.

“Es una cuestión insólita, porque uno, claro, como que a veces lo pensó, pero lo pensó como un volón. Jamás ha sido un propósito ganarse un Óscar. Uno no está nunca en esa línea, digamos. Pero bueno. Sucedió y es insólito”, finalizó.