Este sábado se emitió una nueva edición de La Divina Comida, espacio que en esta oportunidad tuvo como invitados a Alejandra Fosalba, Andrés Caniulef, Iván Guerrero y Pamela Jiles.

En el programa todos mostraron su faceta de cocineros y anfitriones, pero además se dieron tiempo de compartir profundas conversaciones que los llevó a revelar más de un secreto.

Uno de ellos pertenecía a Pamela Jiles, quien se sinceró sobre el año de su infancia donde pidió ser llamada Julio.

Todo comenzó cuando Fosalba, le preguntó si alguna vez se había sentido atraída por una persona de su mismo sexo, algo que la periodista negó. “Si yo sintiera atracción por una mujer no dudaría un segundo. Lo he dicho, yo estaría encantada de tener una pulsión lésbica”, aseguró la diputada, quien también sostuvo que generalmente encuentra a las mujeres más entretenidas, complejas y retorcidas.

Fue en ese momento en que Guerrero toma el tema y le pregunta si alguna vez deseo ser hombre. Pamela replicó afirmativamente y contó que durante un año pidió ser llamada Julio, nombre que incluso utilizó en el colegio.

“Cuando tenía 6 años, ponte tú, yo creo, ya no me acuerdo exactamente, amanecí un día y dije ‘díganme todos Julio’. ‘¿Y por qué?’. ‘Porque yo ahora soy Julio’. ‘Ya bien, pero es tu amigo imaginario’. ‘No, soy yo, soy Julio’”, recordó.

“Le pedí a mi papá que me llevara a la peluquería donde iba él, porque quería tener esta cuestión rapada (se toca la nuca), esta cosita. Mi papá dijo ‘bueno, es Julio’. Se miraron todos y dijeron ‘chuta, es Julio’. Fui largamente Julio”, agregó.

Según Pamela, nunca intentó hablar como hombre, pero sí se sentía un niño. “Además que yo era en el sentido clásico bastante niño”, comentó.

La periodista aseguró que si bien el tema preocupó un poco a sus padres, la apoyaron siempre y hoy es un recuerdo familiar que sigue presente. “-Se preocuparon- Un poco. O sea, yo no lo percibí así (…) Esta cuestión de Julio se ha hablado 20 mil veces, como todas las anécdotas familiares. Tampoco es una cosa en especial, pero de repente sale. Está Julio presente. Julio quedó en el bagaje, porque Julio además hacía cosas muy divertidas, como por ejemplo ponerse una concha de loco aquí en los genitales”, aseguró.

“Nadie se volvió loco, nadie me llevó al sicólogo. Nadie me hizo conversar con este tío ‘con el cual vas a poder conversar de tus problemas’. Fue largo. Y un día amanecí y ya no era Julio… Julio vive dentro de mi. Después viene una reflexión compleja que, a esta altura, me da lata. Es que yo creo que la gente es intersexual, finalmente”, afirmó la periodista.