Fue uno de los grandes personajes de la farándula chilena, sin embargo, hace cuatro años se alejó de las luces, las cámaras y emigró de Santiago para radicarse en La Serena.
Y es Roberto Dueñas, el ex mánager y esposo de Marlen Olivarí, decidió cambiar de vida y apostar por la radio. Poco a poco fue adentrándose en este mundo, hasta que hace algún tiempo fundó la emisora Mi Radio, la cual ha conseguido un gran respaldo del público.
“Yo soy oriundo de La Serena y lo único que quería era volver, porque estaba agotado de Santiago, no solamente de aire, también a nivel profesional”, aseguró en conversación con La Cuarta.
En la emisora tiene un programa de contingencia que dura alrededor de tres horas, y gracias al cual consiguió dejar atrás su pasado farandulero. “He logrado que la gente entienda que la farándula quedó en el pasado, pese a que es una etapa de la que no reniego. Tenía una deuda con mi familia. Piensa que mi padre fue elegido el hombre del año 1969 en La Serena, él era médico, tiene una calle con su nombre. Yo ya había dado mucho jugo en la farándula y me aburrí de eso. La verdad estaba chato”, reconoció.
Pero a pesar de todo lo ocurrido, dice que no traicionaría a sus excompañeros. “No he hecho la gran Claudio Bravo, aún mantengo los códigos. Luché por sacarme la careta de encima y me costó. Cuando llegué, la gente tenía un prejuicio enorme hacia a mí, quizás en otras regiones o en Santiago se mantiene eso, pero los de acá saben qué he hecho en los últimos años”, dijo.
Roberto asegura que está en otra etapa de su vida y que tampoco extraña la televisión, de hecho, dice que sólo ve teleseries y las noticias. “Aparte, mi vida comienza a las 6 de la mañana y a las 22:15 estoy durmiendo. Trabajé años de noche y ahora funciono al revés, la verdad estoy en otra”, afirma.
“Creo que fui visionario, porque me di cuenta que las lucas en la televisión iban en descenso, ya no habían ganancias por ir a un estelar, generar cahuines y demases, la farándula ya no tenía el interés que tuvo en su época de oro”, sostiene.
Hoy está feliz y dice tener una nueva calidad de vida que no cambiaría por nada. “La gente piensa que no hay vida fuera de Santiago, pero la vida está fuera de Santiago. Acá me voy a tomar un café a la playa, me voy al Valle del Elqui, tengo otra calidad de vida. Estoy más maduro, centrado y tranquilo. Llevo tres años con mi pareja súper feliz, esta es otra vida. Ya viví una en Santiago y no lo voy a desconocer, pero ahora estoy disfrutando”, finalizó.
