El periodista José Antonio Neme nunca ha callado el haber sufrido bullying en el colegio, de hecho, en más de una oportunidad ha relatado las difíciles experiencias que tuvo que vivir durante su infancia y adolescencia.

Eran ofensas homofóbicas y por mi sobrepeso. Me ponían todas las mesas al rededor para que no saliera. Como mi papá era periodista y me traía cosas de afuera, lápices, gomas, ellos me rompían todo”, señaló en 2014 en el matinal Mucho Gusto.

Esta semana revivió su historia diciendo en La mañana de CHV, que no le interesa estar en contacto con sus excompañeros del Liceo Alemán de Santiago, algo que sorprendió a los aludidos.

Las Últimas Noticias se puso en contacto con uno de los estudiantes que compartió aula con el periodista, quien declaró que las “bromas” no sólo eran para Neme sino que para todos quienes integraban el curso.

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Era un colegio de puros hombres, entonces las tallas eran parejas para todos, nunca fue algo de ensañarse con él, eran tallas que nos lanzábamos entre todos. Según lo que dijo él fue como que toda la vida le hicimos bullying, pero yo creo que no fue así, nunca fue así. Yo tenía muy buena relación con él y nunca tuvimos problemas, los viernes íbamos a su casa y jugábamos”, recordó Daniel López, actual ingeniero en construcción.

López aseguró que las bromas nunca se focalizaron sólo en el comunicador y que tras terminar el colegio en 1998, no volvieron a tener contacto con él.

“-Cuándo Juan Antonio habló sobre bullying- Yo quedé para adentro, no me lo esperé ni imaginé. Creo que algunos compañeros quedaron enojados, yo quedé sentido porque nos metió a todos en el mismo saco. Si José Antonio habla un tema así de delicado, que diga quién lo molestaba; tiró una cuestión y entramos todos en el mismo saco“, dijo.

Relativización del bullying

En respuesta a lo comentado por Lopez, Neme aseguró “ese es el problema del bullying, que se naturaliza como parte de la cultura escolar”.

“Está tan naturalizada la agresión, y en esos años todavía más, que no me extraña que él diga que no fue así porque probablemente no lo recuerda y si lo recuerda lo recuerda como algo normal”, comentó.

“Se decía: es normal que los niños se digan esas cosas; no, no es normal, ese es el mensaje, no es normal. Esto no lo digo desde la rabia, sino que con la mirada más analítica y madura que te da el tiempo”, aseguró.