La exactriz del cine pornográfico, Mia Khalifa, aseguró que recibe periódicamente amenazas del grupo Estado Islámico (EI). En algunas de ellas, incluso la muestran decapitada.
La mujer, oriunda del Líbano, participó en diversas películas para adultos entre 2014 y 2016, lo que le trajo fama mundial. A pesar de eso, también hubo algunos detractores de su trabajo… sobre todo en su país natal.
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Y es que en el Líbano cualquier tipo de venta de material pornográfico está absolutamente prohibido, por lo que algunos de sus compatriotas la consideran una “aberración”. Más aún cuando en algunos países del oriente, las apariciones públicas de las mujeres están bastante restringidas.
De hecho, los padres de la mujer habían dado algunas entrevistas donde aseguraron sentirse “avergonzados” de su hija. “Esperamos que ella vuelva a sus sentidos ya que su imagen no nos honra”, dijeron a CNN.
Es esa fama la que le ha traído varios problemas a la mujer de 24 años, puesto que algunos libaneses afirman que ella se “burla de su cultura y religión”, dejándolos en ridículo.
Esta situación se acrecentó aún más cuando Khalifa apareció en un film pornográfico utilizando un hiyab y mostrando sus tatuajes.
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Mia Khalifa estaría recibiendo amenazas a través de redes sociales que van desde comentarios fuertes, hasta imágenes donde aparece decapitada por quien, se presume, es un miembro del EI.
Una de ellas tuvo lugar en internet, donde el administrador de una cuenta de Twitter escribió “próximamente Mia Khalifa, si Dios quiere”.
La exactriz porno no dejó pasar el tuit y respondió. “Muy bien. A lo que han llegado las amenazas“, escribió.
“Procuro no preocuparme, porque no puedes mostrarte débil con ellos”, dijo en una entrevista al CDS BC. “Es lo que están buscando. Intento hacer como si no me importara, aunque al final te acaba afectando”, continuó.
Con todo, la mujer recibió el apoyo de sus seguidores. Algunos le comentaron que no es importante lo que la gente piense de ella ni de su trabajo y, otros, manifestaron que “ella (Mia) es maravillosa”.
