Impacto causó ayer la muerte de la legendaria actriz Debbie Reynolds, a sólo un día de que su hija Carrie Fisher también falleciera.

La estrella de 84 años dejó de existir anoche tras sufrir un accidente cerebrovascular. Mientras Fisher, famosa por su rol de la Princesa Leia en la saga cinematográfica Star Wars, perdió la vida el martes luego de experimentar un paro cardíaco en un vuelo desde Londres a Los Angeles (Estados Unidos).

De acuerdo al portal de espectáculos TMZ, Debbie se encontraba en la casa de su hijo Todd Fisher en Beverly Hills organizando el funeral de Carrie cuando cerca de las 13:00 horas alguien llamó al 911 para pedir una ambulancia.

Tras la muerte de su hija, Reynolds había agradecido en redes sociales el apoyo recibido con un emotivo mensaje. “Gracias a todos los que han aceptado los dones y talentos de mi querida e increíble hija. Estoy agradecida por sus pensamientos y plegarias que ahora la están guiando a su próxima parada. Con amor, la madre de Carrie”, dijo a través de su cuenta de Facebook.

Según señaló Todd Fisher a TMZ, horas antes de morir su madre le dio a entender que deseaba acompañar a su hermana.

“La extraño mucho, quiero estar con Carrie”, dijo Reynolds a su hijo.

Todd reveló que su madre estaba totalmente devastada con la muerte de Carrie y que le hizo este comentario sólo 15 minutos antes de sufrir el accidente cerebrovascular.

Fuentes cercanas a la familia dijeron a TMZ que Debbie tuvo varios derrames cerebrales este año y estaba delicada de salud. Por lo mismo, creen que no estaba en condiciones de soportar la muerte de Carrie.