Nicolás Alvarado, el director de un canal publico mexicano, desató una fuerte polémica al escribir una columna de opinión con desafortunados calificativos para el fallecido cantante Juan Gabriel. 

En el diario Milenio, el profesional TV Unam -perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México-, señaló que no era un fan del cantautor y que jamás había ido a uno de sus conciertos.

“(…) Conozco unas pocas de sus canciones que, confesaré, me han bastado para identificarlo como de los letristas más torpes y chambones en la historia de la música popular, todo sintaxis forzada, prosodia torturada y figuras de estilo común que oscilan entre lugar común y el absurdo”, señaló en su artículo.

“Ello, sin embargo, no me lleva a la ceguera cultural ni a la insensibilidad sociológica: sé bien que soy uno de los poquísimos mexicanos que no asumen a Juan Gabriel como un ídolo. Y sé también que el valor icónico que lo hace tal, equiparable al de la Virgen de Guadalupe, pero también al de Octavio Paz (no por lo que hizo sino por lo que representa en el imaginario nacional), le otorga derecho a ser materia de análisis e incluso de homenaje en todos los espacios, incluso en uno administrado por la Universidad Nacional, institución que estudia todo lo digno de ser estudiado, lo que por fuerza incluye también los fenómenos de masas que marcan la cultura”, agregó.

“(…) Creo que a estas alturas no necesito acreditar el respeto que me inspiran ciertos productos de la televisión comercial ni mi afinidad por la cultura gay. Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es, pues, clasista: me irritan sus lentejuelas, no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental; su sintaxis, no por poco literaria sino por iletrada. Y sé que la pérdida es real y que es enteramente mía. Pero condicionado como estoy por mi circunstancia, no puedo dejar de reaccionar como reacciono”, sostuvo.

Por supuesto, sus palabras tuvieron amplia repercusión y el hombre fue muy criticado en las redes sociales, donde incluso se están reuniendo firmas para que sea removido de su cargo.

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