De la noche a la mañana pasó de ser un frustrado y desanimado actor a una de las estrellas más importantes de la cadena NBC.

Hablamos de David Schwimmer, quien durante 10 años caracterizó al divertido Ross Geller en Friends, papel que lo llevó no sólo a ganar una fortuna sino que también a perder totalmente su anonimato.

Lo que para muchos podría haber sido una vida feliz y envidiable, para Schwimmer -de actuales 49 años- terminó por convertirse en un verdadero dolor de cabeza.

“La fama era bastante discordante y estropeó mis relaciones con otras personas durante años hasta que logré ajustarme y sentirme cómodo con ello”, comentó la estrella en una entrevista con el sitio especializado The Hollywood Reporter.

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“Como actor, la forma en que fui entrenado, mi trabajo consistía en observar la vida y a otras personas, así que solía andar por ahí con la cabeza arriba, realmente comprometido y observando a la gente”, agregó.

Precisamente fue la fama lo que le mostró el lado amargo de ser protagonista de una de las producciones más queridas del último tiempo.

“El efecto de la celebridad fue todo lo contrario: hizo que me quisiera esconder debajo de una gorra de béisbol y no ser visto. Y me di cuenta después de un tiempo que ya no miraba a la gente, que estaba tratando de esconderme”, precisó Schwimmer, quien es candidato al Emmy como Mejor actor de reparto en una miniserie por su interpretación del abogado Robert Kardashian en American Crime Story: The People v. O.J. Simpson.

“Así que estaba tratando de descifrar… ¿cómo poder ser actor en este nuevo mundo, en esta nueva situación? ¿Cómo hago mi trabajo? Era un verdadero reto”, admitió.

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En la misma línea, quien fuera el hermano de Mónica Geller en la serie profundizó en la gran diferencia entre el actor que se hace famoso por sus películas y el que se encasilla con el mismo personaje por una década.

“Sí, has vivido con nosotros durante diez años, somos parte de la familia en cierta forma”, puntualizó.

“Pero al contrario que una estrella del cine, a los que ves en diferentes papeles en cada película, yo soy el mismo tipo durante diez años, confías en que me voy a comportar de cierta forma y me conoces, o piensas que me conoces”, añadió.

Fue así como Schwimmer comenzó a dirigir películas como Run Fatboy Run (2007) y Trust (2010) hasta que le llegó la oportunidad de trabajar en uno de sus papeles más complejos: el de Robert Kardashian, padre biológico de las hermanas Kardashian y uno de los abogados de O. J. Simpson.