Trencito en Halloween“, esa son las palabras que desataron la polémica entre las empresas Carozzi y Nestlé.

La productora del conocido chocolate “Trencito” decidió inscribir dicha frase compuesta -el 2 de diciembre de 2014– con el objetivo de promocionar productos como té, café y cereales, entre otros.

De acuerdo a información proporcionada por La Segunda, esta situación puso en alerta a la empresa conocida por las pastas, perteneciente a Gonzalo Bofill, quienes presentaron una demanda -a través de su abogado Enrique Dellafiori- para que dicha inscripción no prosperara, ya que de acuerdo a su perspectiva, la marca “Halloween” está registrada para promocionar los dulces Ambrosoli, línea de su propiedad, en una petición legal que fue desestimada por el Instituto de Propiedad Marcaria el 24 de noviembre de 2015.

Ante este escenario, Carozzi apeló -sin éxito- al Tribunal de Propiedad Industrial en diciembre de 2015, por lo que finalmente se presentó un recurso de casación contra Nestlé en la Corte Suprema, sosteniendo que en 1990 ya había inscrito a “Halloween” como marca, renovándola posteriormente, manifestando que la frase “Trencito en Halloween” podía generar, en la mente de los consumidores, un vínculo entre las dos empresas, lo que podría influir en las decisiones de compra al ser competidores.

Por parte de Nestlé, su abogado, Francisco Carey, precisó que “Trencito” es una marca reconocible, existiendo además diferencias “gráficas como fonéticas que permitirían identificarlas adecuadamente”, agregando que en consecuencia pueden “coexistir en el mercado sin generar errores y confusiones“.

Este panorama no es nuevo para Carozzi, quien ya se ha visto envuelta en una batalla legal con la marca Bimbo por el clásico mantel rojo a cuadros que aparece en su logo. Instancia en que ganaron.