La agencia de calificación Fitch Ratings, mantuvo la nota del país, pero bajó la perspectiva crediticia de Chile a “negativa”.

En un comunicado, Fitch justificó su decisión en base a la prolongada desaceleración económica que contribuiría a un “deterioro relativamente rápido” de su balance soberano, a lo que agregó que Chile “está experimentando la erosión más rápida de cualquier soberano en la categoría ‘A’“, según consignó El Mostrador.

Fitch mantuvo la calificación de largo plazo en moneda extranjera en “A+”. Sobre el déficit fiscal, estimó que se ampliará a 3% del PIB en 2016 y a 3,3% en 2017, desde el 2,2% registrado en 2015.

El informe sostiene que el manejo del Gobierno permite que Chile proteja a la economía y mantenga su credibilidad, no ha evitado a cabalidad un aumento de la deuda pública.

Este tipo de evaluaciones influyen en el costo que tendrán las empresas o el Gobierno de un país para endeudarse en el extranjero.