Si la vida te golpea, te vuelves a levantar y lo sigues intentando. Roger Federer lo sabe muy bien, a sus 36 años una seguidilla de lesiones lo alejaron de los primeros puestos del ranking y de hacer lo que más ama: jugar tenis.

Sin embargo, el suizo no bajó los brazos y demostró por qué es considerado como uno de los más grandes deportistas de la historia. A su retorno al circuito, las nuevas generaciones irrumpían con fuerza en los primeros lugares, y su clásico rival, Rafael Nadal, lideraba cómodamente el ranking.

Meses después el panorama cambió radicalmente, o más bien, volvió a la normalidad.’Su Majestad’ se coronó en Wimbledon, el Abierto de Australia y el ATP de Rotterdam y se convirtió en el jugador más veterano en alcanzar el numero 1 del ranking.

Esto le valió ser reconocido en los Laureus World Sports como el mejor regreso de la temporada superando al Barcelona y su épico partido frente al PSG, Chapecoense y su trágico accidente aéreo, al piloto italiano de MotoGP Valentino Rossi y los atletas Sally Pearson y Justin Gatlin.

Al recibir el premio de las manos de otra leyenda del deporte blanco, Boris Becker, el suizo señaló que “los regresos son muy emocionales. Nunca imaginé que iba a volver con este nivel. Solo esperaba estar feliz y sano jugando tenis. Quiero agradecer a la gente que me apoyó, a mis médicos y mi fisioterapeuta. Valió la pena tomarse un tiempo y volver más fuerte, el último año fue un sueño hecho realidad”.

Pero eso no fue todo, Federer también se adjudicó el premio al Mejor Deportista que le entregaron los monarcas del Principado y la ex tenista Martina Navratilova. Con este premio, el suizo sumó su quinto galardón luego de obtenerlo (2005-2008 y 2018).