Se jugaba el ATP 500 de Río de Janeiro y Gerard Melzer acaba de perder frente a Pablo Andújar. El español saluda a su rival y tras sentarse a descansar comienza a llorar desconsoladamente. Una reacción atípica tratándose de una victoria, pero conociendo la historia de superación del español se puede entender fácilmente.

La victoria frente a Paolo Lorenzi en enero del 2015 en Doha fue el último partido en torneos ATP que Andújar celebró como tenista profesional. Una lesión en su codo lo alejó por más de dos años de las canchas de tenis, teniendo que batallar frente a su cuerpo para seguir haciendo lo que más le gusta.

Brasil fue el escenario para escribir esta linda historia de superación y orgullo deportivo. Pablo Andújar llegaba como el jugador 1.821 del ranking mundial pero nada de eso importó para demostrar que sus ganas de triunfar pueden más y terminó derrotando por un claro 7-5 y 6-2 a Melzer.

El español llegó a ser 33° del mundo pero una rebelde lesión en su codo frenó su gran progreso. De vuelta a los escenarios mayores del tenis mundial, Andújar demostró que aún tiene mucho que dar y avanzó a segunda ronda, donde deberá enfrentar un reto mayor: tratar de dejar en el camino al segundo sembrado del torneo brasileño, el austríaco Dominic Thiem.

Tras su triunfal regreso a las pistas, Andújar señaló a El Mundo que “fue muy bonito, muy especial. Después de tanto tiempo, de tanto trabajo, de tantos médicos, de tantas horas de recuperación, sentir que al final ganas un partido me he puesto a llorar. Creo que en mi situación quien no hubiese llorado es porque no tiene sangre“.

Además indicó acerca de su actual estado de forma que “físicamente estoy bien desde hace tres o cuatro meses pero una cosa es entrenar y otra es enfrentar un partido. He tenido alguna recaída, después de tres operaciones es muy difícil no sentir absolutamente nada. Pero lo que necesito ahora es jugar el máximo número de partidos posibles. Esta victoria me sabe a gloria”, concluyó.