En Argentina celebraron, mientras que en varios otros países quedaron sorprendidos. La decisión de FIFA -por medio de su Comisión de Apelación- de dejar sin efecto el castigo que obligaba a Lionel Messi a mirar desde fuera cuatro partidos de la selección trasandina en el camino a Rusia 2018 remeció al mundo del fútbol, que vio como el astro trasandino volvía a estar habilitado para la recta final de las Clasificatorias Sudamericanas.

Lo cierto es que, pasadas las horas y con más tranquilidad, es posible evaluar lo ocurrido en Zurich. Y la conclusión es evidente: la actuación de todo la organización que dirige el fútbol mundial quedó absolutamente al debe, sea cual sea el ángulo e interés desde el que se mire.

Por ejemplo, partamos por los equipos que se vieron ‘afectados’ con la marcha atrás en el castigo, como son varios de los seleccionados que luchan por llegar a Rusia, incluido Chile. Ellos ven cómo un rival complicado en la tabla recibe una ‘mano’ desde fuera de la cancha, rehabilitando a la figura que le ha permitido sacar la gran mayoría de los puntos que poseen. Además, queda sin castigo a diferencia de lo ocurrido en otras figuras como Luis Suárez o Gary Medel, amparándose en el hecho de que no fue informado por el juez del partido.

Precisamente ese aspecto genera incomodidad para los ‘neutrales’. Las imágenes fueron claras, Messi insultó al juez asistente brasileño Emerson de Carvalho y no fue expulsado. Para peor, tampoco fue consignado en el reporte de Sandro Ricci y, una vez que se actúa de oficio, se borra el castigo. No se disminuye. Se borra. ¿Cuál es la conclusión? O se corrió el límite y ahora está permitido insultar a los jueces o ser una estrella mundial, emblema para promocionar un torneo y apoyado por auspiciadores vinculados a FIFA, lo hace inmune al reglamento. Cuesta definir cuál es el peor precedente.

Incluso, si repasamos los hechos desde el punto de vista argentino -los grandes beneficiados en esta pasada-, ellos se pueden sentir un tanto ‘perjudicados’ en el inicio del caso. ¿Cómo? Claro que podrían, si ven que su máxima estrella no pudo jugar un partido importante como el de Bolivia, una situación que confirmaron apenas horas antes del juego y tras un proceso ‘express’. ¿Qué pensará Edgardo Bauza, quien perdió su puesto de seleccionador ‘albiceleste’ tras la caída en La Paz?.

Por eso, desde el punto de vista que se mire, el ‘Caso Messi’ es un ejemplo de todo lo que no debe ocurrir en el fútbol. Y también es la ratificación de que nuevamente la FIFA quedó al debe, pese a que su presidente Gianni Infantino hable que existen nuevos aires en la organización y que hay profundos cambios. No es cierto: lo de la ‘nueva’ FIFA es una mentira y funciona igual que la ‘antigua’.¿O alguien será tan caradura como para defenderla?”