Una nueva polémica estalló en la Gimnasia. Un grupo de exdeportistas realizó una denuncia en la Federación Chilena en contra de Cristian Achondo (65 años), entrenador y formador de las mejores gimnastas nacionales en los últimos 30 años, por supuestas agresiones físicas y psicológicas en entrenamientos y campeonato nacionales e internacionales.

Las acusaciones no vienen por parte de terceros, sino que de las propias protagonistas de esta historia que no es reciente y que ocurre hace años atrás.

“Cabra de mierda, estás gorda, por eso no haces los saltos”, esas fueron algunas de las palabras que le habría dicho Achondo a Paula Carvajal (20 años), gimnasta que esa ocasión compitió en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, quien además cuenta que mientras le decía eso la pellizcaba.

Pero apenas volvió a Santiago lo denunció ante la Federación. “La situación que viví la formalicé en una carta a la Federación y para mí es una etapa cerrada. Por eso hice formal mi denuncia, para que las autoridades tomaran las medidas pertinentes y detuvieran este tipo de abusos”, contó Carvajal a La Tercera.

Cristian Achondo es conocido por los logros que ha conseguido gracias a sus dirigidas, pero también por su historial donde la premisa del todo vale con tal de alcanzar el éxito en el alto rendimiento es ley. De hecho, aseguran que ha formado y deformado carreras, mentes y dignidades de varias niñas.

Incluso la Federación admite haber recibido la denuncia pero señalan que “para esta Federación este tema es muy importante y a la vez delicado; es por tal motivo que hemos sido muy respetuosos con los involucrados y por supuesto que hemos llevado a cabo los procedimientos definidos para estos casos. Actualmente está en las instancias que corresponden, por lo que se deben respetar sus tiempos y los procesos que se lleven a cabo”.

Otra de las acusaciones más fuerte que se revelaron fue por parte de Marcela Álvarez, que compitió a los 11 años en 2001. De hecho comentó que Achondo trabajaba con la cabeza de los padres de las niñas donde aseguró que “Cristian les dijo a mis papás que tenía que estar con él, salirme del colegio para entrenar todo el día. Que debía cambiarme a un colegio con exámenes libres. A mis papás les costó, pero acabaron convencidos” y añadió que “ése es su fuerte. Lo que no se sabe es que lo logra con golpes, con amenazas, convenciendo a los papás de una realidad que no corresponde. Ahora, con 28 años, me doy cuenta, pero de niña para mí era normal”.

Pero Álvarez va más allá y relata un de los episodios que más la marcó. “Hubo una ocasión en que yo no podía hacer un ejercicio en la viga y me pellizcó y me pegó. Me gritó tanto, que me hice pipí del miedo. Me fui corriendo al baño y me persiguió hasta obligarme a salir. Tenía 13 años. Otra vez, me daba miedo hacer un ejercicio en la barra y me dejó colgada con unas amarras toda la mañana. Si me subía, él me bajaba de una pata. ‘¡Hazlo, hazlo!’, me gritaba. Eran comunes los palmazos en las piernas, en los pies… pellizcos y cosas así”, comentó.

Pero la acusación más fuerte viene por parte de Felipe Hernández (25). “Cuando estuve en el Gimnasio Andino, en 2009, se daba besos con una niña, en los entrenamientos de la mañana, cuando no había nadie. Él teniendo 55 y la niña 15. Comenzó por darle masajes en las piernas cada mañana. Ella con short de gimnasia. Pero las manos subían demasiado. Luego ella ya no entrenaba mucho, porque se quedaba sentada en las piernas de Cristian mientras veía el Facebook en su oficina. Yo los veía mientras me entrenaba. Es un pervertido”, comentó uno de los pocos hombres entrenados por Achondo.

“La gimnasia es una caca”

Las denuncias llegaron a oídos del entrenador, quién no ocultó su molestia por todo lo ocurrido y se defendió. “La gimnasia es una caca. Es una chacra de gente malintencionada que trata de fregar a los entrenadores más exitosos. La gente es muy mala. De mí han enviado cartas anónimas al COCh buscando hacer daño y eliminarme. Llevo 35 años en la gimnasia y nunca había tenido un problema, nunca. La gimnasia es mala”, señaló.

Sobre la denuncia de Paula Carvajal, el entrenador comentó que “ella mandó una carta diciendo que la había agredido en los Bolivarianos, lo que es falso. Tengo pruebas. Sí la reté, como tengo que hacerlo. Si estamos en un campeonato internacional representando al país, gastando mucha plata, tenía que hacerlo. Se portó muy mal, no quería entrenar, no me hacía caso e hizo un grupo en contra mía” y luego agregó que “le dije que estaba representando al país. No puedes estar llorando y no subirte a los aparatos, porque retrasas el trabajo de los demás. Existen fotos en que estoy abrazado con Paula y después sale con la carta diciendo que la agredí”.

No se queda ahí y también se defiende de la acusación por el caso de los ‘masajes’. “Si yo hubiera abusado de una gimnasta, ¿cree que seguiría entrenando?. No hay ninguna prueba, ella misma dijo que me estimaba como a un papá, no hay nada más. A esta niña se le hizo mucho daño por eso, por culpa de Felipe. Es un niño con muchos problemas: era promiscuo, pololeaba con todas las gimnastas y me armó un revuelo gigante en el gimnasio porque quería que lo entrenara sólo a él”.

De hecho, va continuó diciendo que “lo dice la justicia, los detectives, todos, como corresponde. Salí absuelto, libre de polvo y paja. Si fuese así, yo estaría preso. Él se ponía celoso porque la ayudaba mucho y me preocupaba de ella”.

Bárbara Achondo, gimnastas chilena e hija de Cristián salió al paso diciendo que “es demasiado comprometido con sus alumnos. Yo misma le he dicho que no debe ser tan así, crear tantos lazos, porque al final se presta para malos comentarios. Mi papá quizás pudo haber dado alguna palmada o algo así a una alumna, pero para ayudar en los ejercicios, algo normal que todos hacen. Su lenguaje siempre ha sido correcto, jamás ha tratado de mala manera a una alumna. Al menos, no lo he visto. Es que el alto rendimiento es así y no todas están preparadas”.