“No tengo palabras. Es la cosa más estimulante que he tenido en mi vida y todavía lo estoy procesando. Estoy muy feliz y no tengo palabras”. Estas fueron las declaraciones con las que la luchadora Ronda Rounsey anunció que daba un paso al costado de la UFC para afrontar su próximo desafío: incursionar en la WWE.

Eso sí, la deportista y actriz no es la única que decidió dejar los octágonos, golpes y patadas para pasar al ring, piruetas y voladas. Y es que Ken Shamrock, Chad Gable, Mohamed Fahim, Kurt Angle, Brock Lesnar, y Mark Henry, un día también decidieron probar nuevas tácticas y extender su legado a otras regiones.

Es a raíz de esto último que ha surgido una interrogante que fue, es y será material obligado de conversación: ¿Qué tiene de atractiva la WWE que hace que deportistas consolidados dejen su carrera en stand by para ser parte de un espectáculo que desde un comienzo se catalogó como ‘falso’?.

El Mundo de la Lucha de Entrenimiento o WWE (por sus siglas en inglés), se define en su sitio oficial como una empresa líder de entrenamiento en donde la narrativa que guía espectáculo, la que por cierto gira en torno a amoríos, riñas, efectos especiales y súperpoderes, ha hecho que dicha organización sea mundialmente conocida y que año a año sume más adeptos.

Eso sí, si bien los millones de seguidores que posee a lo largo del mundo están pendientes de cada evento, exhibición o pelea que ésta realice, estos no han podido evitar que existan cuestionamientos en cuanto a la veracidad de la misma.

La narrativa

Cada uno de los show de la WWE está sigilosamente diseñado y preparado. Tras el hay una multitud de personas que se encuentran trabajando para diseñar el guión, las rencillas, el vestuario y hasta en la música que se utilizará en el ring.

Pero ojo. Pese a que existe una planificación detrás, la historia siempre se terminará escapando de ello y dejando un margen a la duda. O acaso nunca te preguntaste si fue verdad Mankind quedó varios meses sin poder movilizarse con facilidad luego de que en el año 1998 Undertaker lo lanzara de una gran altura.

Y es esto precisamente lo que atrapa a los fanáticos. La trama, la acción, el como se llegó a ese desenlace y qué se vendrá en el próximo episodio. La WWE produce el mismo efecto que una serie o una película, puesto que el desarrollo de los hechos es tan ascendente que la adrenalina te obliga a querer saber qué ocurrirá la próxima vez que los luchadores se den cita.

Da lo mismo si está todo pauteado o si es parte de la improvisación de estos mismos. A los fanáticos lo único que los mueve es querer saber que ocurrirá con la historia, sea cual sea su interpretación, para terminar con la incertidumbre. Aquí predomina un tema emocional más que deportivo.

El drama

Bien lo decíamos, aquí lo emocional se antepone a lo netamente deportivo, de lo contrario los aficionados seguirían las peleas de la UFC o MMA y no de la WWE.

Y es que la columna vertebral en cada programa tiene relación con el desarrollo de los conflictos emocionales de los luchadores y no con las batallas en sí. Es decir, las personas no veían las peleas de la Roca con Steve Austin porque quisieran ver golpes o sangre, sino más bien por el conflicto histórico desatado entre ellos.

“Esto es un circo llevado a niveles muchos más profesional porque involucra deporte, teatro y comunidad lo que hace que grandes y chicos lo sigan”, indicó Daniel Saavedra, miembro de Acción sin límites (Lucha Libre en Concepción).

Capacidad atlética

Créanlo o no, es innegable que los protagonistas que dan vida a este entretenimiento deportivo tienen una capacidad atlética igual o superior a la de los deportistas de alto rendimiento.

Y es que independientemente de que todo esté estipulado en un guión, las piruetas a cinco o más metros de alturas que incluyen más de una vuelta por el aire son mérito exclusivo de los luchadores.

Si bien, y como hemos dicho en más de una ocasión, existe un ensayo predeterminado antes de casa presentación, todo puede cambiar de rumbo en un dos por tres y tener un desenlace totalmente distinto al propuesto, lo cual fascina a los seguidores. Un golpe de revés en la costilla del oponente lo puede pegar cualquiera, pero la conocida ‘tumba rompecuellos’ de Undertaker, ¡no!.

El mercado

Finalmente nos encontramos con el merchandising el que es, sin lugar a dudas, otros de los puntos que vienen a responder la interrogante planteada en un comienzo.

El mercado constituye un porcentaje elevado de incidencia al momento de elegir si ser fanático de un deporte u otro. Y es que la venta de poleras, álbumes, bufandas, pancartas, miniaturas e incluso tatuajes, influenció en generaciones enteras que se dejaron seducir por el espectáculo conjunto que trae la WWE.

Basta con recordar lo que ocurrió en octubre del año pasado, cuando la WWE Live llegó a Santiago para complacer a sus seguidores, donde a simple vista era posible apreciar como cada uno de los asistentes del Movistar Arena poseía un artículo de este entretenimiento.

¿Cómo se ve este fenómeno en nuestro país?

Chile no se ha quedado ajeno a este concepto. Prueba de ello fue que cuando la WWE Live llegó hasta el Parque O’Higgins, las entradas se agotaron tan raudamente que los productores debieron agendar una segunda fecha.

O que en el año 2016 fueron cientos los que se agolparon a las afueras del hotel que hospedó a las estrellas con la clara misión de conseguir un autógrafo, una foto, un regalo o simplemente conocerles de lejos.

Daniel Saavedra, de Acción sin límites, señaló que si bien en tierras nacionales la fanáticada es masiva, esto ha sido con los años, puesto que el chileno desconfía de todo aquello que se salga de lo convencional.

“Aquí ha sido lento porque la gente desconfía de esto y por el tema de los recursos. Como aquí no existen altos recursos, ha costado que se muestre el mismo nivel de espectacularidad de la lucha que se ve en Estados Unidos”, comentó Saavedra.

Complementando que en “Chile la gente se imagina que dónde se practica debe ser un sótano lleno de alcohólicos, pero una vez que va, se sorprende mucho por el ambiente”.

Pese a esto, la gente ha quedado fascinada y enganchada cada vez que la WWE ha venido a nuestro país, lo que ha hecho que dicho fenómeno continúe cautivando con los años, a pesar de las interrogantes que giran en torno a ella.

“Ellos hacen que todo se vea tan simple y brillante que uno aprende y se enamorada cada vez más de esto. En esos momentos nadie pone en duda si eso es real o no”, concluyó.

La lucha libre o WWE es un espectáculo que sabe como combinar historias, riñas y drama, lo que te da la libertad de creer e interpretar si lo que se ve es real o no. Pero ojo, es necesario aclarar que aún cuando lo que se ve está interpretando un simple guión, las polémicas se crean por si solas.