El martes se conocieron las sanciones para la cuaterna arbitral encabezada por Eduardo Gamboa, la que estuvo a cargo del partido entre Deportes Vallenar y Deportes Melipilla, centro de la polémica luego del error del juez en uno de los penales de la tanda que definía el ascenso desde Segunda División Profesional a Primera B.

Pasadas las críticas y también la inédita repetición de la serie de penales, frustrada por la ausencia de la escuadra vallenarina, la atención se traslado a las repecursiones que tendría el caso, siendo la primera de ellas el castigo de cuatro meses y medio de suspensión que recibió Gamboa por parte de la Comisión de Árbitros de la ANFP, junto a los tres meses y medio que recibieron Carlos Venegas, Juan Serrano y Ángelo Hermosilla, los otros integrantes del equipo arbitral.

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Al momento de leer la resolución oficial, a más de alguno le llamó la atención el que no se consignara alguna medida contra la condición de árbitro FIFA que ostenta Gamboa, algo que en un primer momento había trascendido que sería considerado dentro de un posible castigo.

¿Por qué no perdió ese estatus? La explicación está vinculada a los plazos y los reglamentos que lo rigen. En primer término, la documentación oficial establece que “la Comisión de Árbitros de la FIFA solicita cada año a todas las asociaciones miembro someter los nombres de candidatos que estimen aptos” para ser jueces internacionales en cualquiera de sus variantes, fijando para el 1 de octubre el plazo máximo en que se deben entregar los nombres.

Por lo anterior, la comisión liderada por Enrique Osses considera las evaluaciones ‘de septiembre a septiembre’ en partidos de Primera División para elaborar el listado, lo que dejó fuera el accionar de cuestionado árbitro en Vallenar, disputado en diciembre. Además, la confirmación de cada juez internacional es decisión exclusiva de FIFA, que entrega la lista oficial cada 1 de enero.

De todas maneras, la sanción que suspende a Gamboa hasta el 1 de mayo de este año lo deja con un lapso de apenas unos meses para revalidar sus calificaciones y conseguir nuevamente una candidatura por parte de la ANFP, quedando con escaso margen.