A pesar de los intentos por erradicar la violencia del fútbol en los estadios, Europa ha sido testigo en las últimas semanas de constantes hechos que empañan el deporte. Desde incidentes entre barras bravas hasta la invasión de canchas han encendido las alarmas de cara al evento deportivo más importante del año: el Mundial de Rusia, que comenzará a disputarse en junio próximo.

La segunda división francesa fue testigo del último hecho de violencia del fin de semana. Jugaba el Le Havre ante Quevilly. Los locales están luchando por un cupo para la liguilla por el ascenso mientras que el forastero se encuentra en los puestos de descenso directo. En el campo de juego estas realidades no se reflejaron y fue la visita quien logró quedarse con los tres puntos tras vencer claramente 2-0 al Le Havre.

Los hinchas del local, que además es el equipo más antiguo de Francia, no aguantaron la humillación de perder ante el colista y tras el pitazo final, ingresaron en masa al campo de juego para intentar increpar y agredir a los jugadores, quienes rápidamente se fueron a resguardar a los vestuarios.

Actualmente Le Havre se ubica en la novena posición de la Ligue 2 y a siete partidos del término del campeonato aún tiene posibilidades de luchar por el ascenso, por lo que cuesta entender el accionar de sus hinchas.

Sobre los hechos ocurridos, desde el club emitieron un comunicado oficial donde señalan que “tras los incidentes y la invasión al campo de juego después del silbato final del partido entre Le Havre y Quevilly, el club condena enérgicamente el comportamiento de algunas personas. El club mantiene buenas relaciones con sus seguidores, pero no aceptará estos comportamientos individuales completamente injustificados. Compartimos el descontento y la impaciencia por los resultados deportivos,pero la imagen del pionero de los clubes franceses no se puede empañar de esta manera“.