El clásico del fútbol argentino que cada año protagonizan River Plate y Boca Juniors, debe ser uno de los partidos más importantes del mundo.

Y es que la algarabía que este encuentro provoca en la hinchada, así como la revolución en toda la ciudad, hacen que nadie se quiera quedar fuera de este tremendo espectáculo.

Y fue precisamente esto último lo que llevó a algunos personajes a idear insólitos métodos para revender las entradas y sacarle el mayor provecho posible a esta instancia. Así al menos lo reveló el medio trasandino El Clarín, sitio que además detalló la locura que se vive por estos días en tierras trasandinas.

Lo anterior ya que si el precio de las entradas en el mercado formal fluctuaba entre los $800 la popular ($23.800 pesos chilenos) y entre $2.200 y $3.200 las plateas ($65.429 a $95.170 pesos chilenos), en la vía informal estas cifras aumentaron de manera desproporcionada.

Y es que de acuerdo a lo señalado por el medio argentino, en estos momentos, en cualquier sitio web, los tickets generales bordean los $3.200 ($95.170 pesos chilenos), mientras que los de platea preferencial más de $13.000 ($386.628 pesos chilenos).

“Esto significa que darse el gusto de ver en vivo el Superclásico en el Malvinas Argentinas puede costar más caro que presenciar la final del Mundial de Rusia 2018, ya que la entrada más económica para ese partido en el estadio Luzhniki, de Moscú, cuesta menos de $10.000″, indicaron.

Es más, tan ingeniosos fueron los revendedores que para no ser sorprendidos por la policía tacharon las entradas con nombres como “cable USB” o “pendrive”, camuflando así lo que constituye un delito en dicho país.

Eso sí, esto no es todo lo que hay para contar, ya que el medio también reportó que varios compradores quedaron atrapados y obligados a comprar estas entradas.

¿La razón? Los reveedores “se apoderaron de la lista de espera” y a pocos minutos de iniciada la venta oficial apareció un cartel que decía que los ticket estaban agotados, lo que hizo que muchos fanáticos debieran acceder a los elevados precios de la reventas para no quedar fuera de esta mega fiesta.

“Lo que ha sucedido causa un grave perjuicio a los argentinos y a los visitantes de otros países que no pueden acceder al precio ofertado de la entrada, y que ha quedado “atrapado” en la ‘reventa’ debiendo pagar hasta el doble del precio”, sostiene parte de la denuncia que se interpuso en la Dirección de Defensa del Consumidor de Mendoza.