México. Semifinales del Mundial de 1970. Brasil y Uruguay se medían, 20 años después del ‘Maracanazo’, en un duelo que quedaría grabado para siempre.

Y es que brasileños y charrúas terminaron protagonizando un enfrentamiento que pasaría a la historia -según especialistas y los mismos jugadores-, como el partido más violento de todos los tiempos en Mundiales.

“El problema de Uruguay es que son desleales. Ellos confunden el juego duro con la deslealtad”, describió en su momento Carlos Alberto, una de las figuras de la ‘Verdeamarelha’ en la comentada cita planetaria, en un documental del Canal+.

“Fue el partido más violento que jugué”, dijo por su parte Pelé, quien durante el duelo perdió el control y propinó un certero codazo a Fontes que mereció expulsión.

Codazo de Pelé / Captura del partido
Codazo de Pelé / Captura del partido

Pero, ¿Por qué el cotejo acabó siendo tan duro? Un hecho que sumó para esta causa fue una tremenda provocación de los ‘celestes’ antes del pitazo inicial.

Resulta que cada jugador uruguayo se acercó a un rival para entregarle un banderín. Hasta ahí todos pensaban que se trataba de un noble gesto… pero no fue tal. Lo cierto es que estos elementos tenían inscripciones referidas al famoso ‘Maracanazo’, la final que la ‘Celeste’ superó a Brasil en 1950 en Río de Janeiro. Eso ‘calentó’ a los dirigidos de Zagalo.

Blog Anotando Fútbol
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Pero eso no fue todo. Del otro lado, los charrúas ingresaron al campo con ‘sangre en el ojo’, ya que aseguran que a última hora les cambiaron la sede del compromiso, por lo que debieron trasladarse varios kilómetros hacia la ciudad en que el cuadro carioca había disputado la fase grupal -y era considerado ‘dueño de casa’-: Guadalajara.

A todo lo anterior hay que sumar que debían contrarrestar los constantes -y lujosos- ataques de Gerson, Tostão, Rivelino, Jairzinho, Pelé y compañía. Así, la ‘pierna fuerte’ se convirtió en el arma predilecta de los del Río de La Plata.

Uno a uno los brasileños fueron cayendo sobre el césped producto de las fuertes entradas del rival. Gerson, considerado el ‘cerebro’ del equipo, además recibió una marca personal. Así, en un contragolpe, Cubilla sorprendió a los presentes al abrir la cuenta a los 19 minutos.

Brasil sufría. El recuerdo del ‘Maracanazo’ volvió fuertemente a la palestra, mientras el ‘libreto’ uruguayo no cambiaba: con patadas y fuertes entradas lograban mantener la ventaja mínima. En tanto, Pelé y sus compañeros perdieron el enfoque y se dedicaron a devolver cada infracción, ‘redoblando’ la apuesta.

Así, parecía que los ‘celestes’ se irían arriba en el marcador al descanso. Sin embargo, a los 44′ Clodoaldo emparejó las cosas tras una genial idea de Gerson. El volante creativo, que no podía despegar su juego, conversó con el capitán Carlos Alberto y le sugirió invertir posiciones con el encargado de quite en la zona media. De esta manera, el autor de la igualdad inició su carrera prácticamente sin marca para concluir con una brillante definición.

“Los uruguayos fueron malísimos. Mal intencionados”, recordó Jairzinho al citado reportaje. “Tuvimos problemas en el inicio. Ellos eran desleales incluso sin el balón de por medio”, agregó Carlos Alberto.

Brasil-Uruguay en 1970
Brasil-Uruguay en 1970

Tras los 15 minutos de pausa sin fútbol, volvió un Brasil renovado para el segundo tiempo. Según admitió el propio ‘Lobo’ Zagalo, adiestrador de la ‘canarinha’, debió hacer un trabajo profundo desde lo psicológico para calmar a sus dirigidos: “Estaban muy excitados”, reconoció.

Por ello, no extrañó que Jairzinho (76′) y Rivelino (89′) sentenciaran todo en favor del ‘Scratch’, ambos con participación y ayuda de Pelé.

Con el marcador ya cerrado, llegó otro momento imborrable en el cotejo: el casi golazo del ‘Rey’ Pelé. El ’10’ arremetió con un amague ‘infernal’ tras un pase en profundidad, rodeando y dejando en el piso al meta Mazurkiewicz, pero su remate se fue apenas desviado.

Todo el estadio se puso de pie. Pudo ser un broche de oro y talento para un duelo donde los lujos estuvieron ausentes. Quizás este partido, en específico, no merecía una obra de arte de ese tamaño.

En la final, volvería el ‘Joga Bonito’: Brasil derrotó 4 a 1 a Italia y levantó el título, con goles de Pelé (18′), Gerson (66′), Jairzinho (71′) y Carlos Alberto (88′). Descontó Boninsegna (37′).

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