El brasileño Chapecoense honró a sus héroes caídos, al estrenarse con una emocionante victoria 2-1 ante el venezolano Zulia FC en la Copa Libertadores, cerca de tres meses y medio después de la tragedia aérea en la que falleció la mayoría de su plantel y que conmocionó al mundo.

En la primera fecha de la fase de grupos, en la que el cuadro brasileño copó los focos del planeta fútbol, el uruguayo Peñarol sufrió una abultada goleada 6-2 ante el boliviano Jorge Wilstermann, el paraguayo Guaraní ganó 1-0 al chileno Deportes Iquique en Calama y Atlético Paranaense y Universidad Católica firmaron una tregua de 2-2.

Pero, aunque se disputaran tres encuentros más, todos esperaban por el Grupo 7 al Chapecoense, el flamante campeón de la Sudamericana 2016 tras cederle el colombiano Atlético Nacional el título.

Delante de 36.000 espectadores en el estadio Pachencho Romero de Maracaibo, y con 22 jugadores nuevos en su plantilla, fue precisamente uno de sus fichajes el que anotó el primer tanto del cuadro de Chapecó en la Libertadores.

Reinaldo marcó mucho más que un gol a los 33 minutos con un lanzamiento de falta. El lateral izquierdo procedente del Ponte Preta levantó al público del mundo, que celebró como una hinchada global el momento histórico que estaba viviendo.

En el 69, el centrocampista Luiz Antonio amplió diferencias y el capitán del Zulia, Juan Arango, recortó distancias poco después (78) pero el Chapecoense aguantó las embestidas finales para acabar sumando su primera victoria y sus primeros tres puntos.

“Un corazón inmenso”

Entre la multitud que llenó las tribunas del Pachencho Romero se encontraban ‘torcedores’ de Chapecoense, orgullosos de ver a su amado equipo ponerse de pie ante las adversidades.

Uno de ellos era Alexandre Tozzo, justamente de Chapecó, la pequeña ciudad de 200.000 habitantes en el sur de Brasil a la que Mancini dio gracias por su respaldo. “Somos un equipo pequeño, en una ciudad pequeña, pero tenemos un corazón inmenso”, dijo el hincha.

Alexandre, de 30 años, desplegó orgulloso una bandera de Brasil junto a otros compatriotas, George y Jose, con los cuales se cruzó a su llegada al estadio. “¡Força Chape!”, gritaban los tres a todo pulmón.

Corazón fue lo que mostraron los hombres de Vagner Mancini, que consiguieron hacer valer su juego pese a ser visitantes, ante un Zulia que tardó en sentirse cómodo.

Lo hizo por fin en la recta final, pero era el día de los nuevos héroes. El propio Arango, después de marcar, intentó empatar con un tiro potente pero Artur Moraes se consolidó como naciente ídolo de Alex Tozzo y la hinchada junto con Reinaldo y Luiz Antonio.

“Chapecoense se armó fuertemente. Creo que es un equipo que tiene muy clara su forma de jugar”, expresó por su parte el DT local, Daniel Farías.

Mejorar día a día

Fue un gran arranque para un equipo que apenas ha tenido un par de meses de trabajo bajo el mando de Vagner Mancini.

Chapecoense reapareció el pasado 21 de enero para un amistoso contra Palmeiras en su feudo -el Arena Condá- y ahora compagina la Libertadores con dos torneos: el Campeonato Catarinense y la Primeira Liga.

La meta de Mancini es seguir los pasos de Caio Junior, quien había llevado a Chapecoense a conquistar inesperadas metas: un equipo que en 2009 jugaba en la Cuarta División del fútbol brasileño se ganaba en 2016 el derecho de enfrentar al colombiano Atlético Nacional-campeón de la pasada Libertadores- en la final de la Copa Sudamericana-2016.

No pudo hacerlo, pues el avión que llevaba al plantel a Medellín se estrelló en una zona montañosa próxima a la ciudad. Atlético Nacional decidió cederle el trofeo.

“No es solo la victoria, que nos da tres puntos, sino cómo ganamos. Ganamos jugando bien, ganamos neutralizando al rival”, concluyó Mancini, que espera seguir cosechando victorias en sus próximos compromisos, frente al argentino Lanús y el uruguayo Nacional, el 16 de marzo y el 18 de abril.