El Sevilla venció hoy por un angustioso 1-0 al Athletic de Bilbao y reforzó su candidatura a pelear por el título de la Liga española de fútbol junto a Barcelona y Real Madrid.
El partido del Sánchez Pizjuán clausuró la vigesimoquinta jornada y quedó claro que la corona es cosa de tres equipos. El Barcelona es líder con un punto de ventaja sobre el Real Madrid y dos sobre el Sevilla, si bien al conjunto de Zinedine Zidane todavía le falta por jugar un encuentro aplazado ante el Celta de Vigo.
El equipo de Jorge Sampaoli sigue compitiendo a la perfección y su grado de confianza es tal que es capaz de llevarse los tres puntos de un partido como el disputado ante el Athletic, cuyo dominio se transformó en asedio durante el tramo final del duelo.
El equipo de Ernesto Valverde lo hizo todo bien menos finalizar las jugadas, que es la suerte suprema del fútbol y donde se deciden encuentros como el del Sánchez Pizjuán. De nuevo, el Sevilla supo sufrir, una de sus señas de identidad.
Hasta su gol llegó en extrañas circunstancias. A los 14 minutos, hubo un penal a su favor que lanzó el montenegrino Stevan Jovetic. Lo hizo mal, Gorka Iraizoz repelió y Vicente Iborra se adelantó a todos para marcar un tanto que la postre valdría el triunfo.
La primera parte fue espectacular, un ida y vuelta irrefrenable que puso el corazón en las gargantas de los hinchas. Pareció increíble que el duelo se marchara al descanso con un solo gol.
La segunda parte fue sensiblemente diferente, principalmente porque no hubo paridad. El Athletic dominó claramente y llegó con muchos jugadores al área, pero echó de menos la presencia de un goleador. Por ejemplo, Aritz Aduriz, su gran artillero, que está lesionado.
El Sevilla encontró algo de respiro en los instantes finales gracias a la posesión y se llevó así un triunfo que le permite soñar con lo máximo.
