El plantel del Chapecoense estaba exultante. Faltaban solo minutos para aterrizar en Colombia, país donde disputarían la final de la Copa Sudamericana con el Atlético Nacional de Medellín, el mayor desafío de sus carreras y el hito más importante de la historia de este modesto club que recién en 2014 hizo su debut en la primera división brasileña.

Pero su felicidad desapareció en segundos. Setenta y un personas murieron tras la caída del avión, solo tres futbolistas se salvaron. Hinchas de todos los colores botaron más de una lágrima, mientras un hondo y fulminante dolor se apoderaba de las familias que se iban enterando de lo sucedido. Ellas no perdieron jugadores, perdieron a sus hijos, a sus esposos, a sus padres, a sus hermanos.

Pero a menos de dos meses del accidente ya aparecen personas que buscan lucrar con la desgracia ajena. Enfundados en terno y corbata, hablando con pesar y con el falso rictus del dolor dibujado en el rostro, supuestos abogados se están acercando a las familias de los fallecidos con el escondido deseo de arrancar una tajada del dinero que les corresponde. Así lo denunciaron las esposas de, al menos, dos de los fallecidos futbolistas.

“Estos abogados se presentan como legítimos representantes de Chapecoense en asuntos vinculados al trágico evento que se llevó la vida de muchos atletas, dirigentes, invitados y periodistas, inclusive buscando a las frágiles familias de las víctimas, en este doloroso momento, para sacar rédito, lamentablemente”, expresó el club en un comunicado en el que también aclara quiénes son los tres responsables jurídicos de la institución.

El dolor también se comercia, y a buen precio. En Chapeco, una tropa de vendedores ambulantes coloreó de verde las calles de la ciudad con las camisetas del equipo, afirmando que lo recaudado iría a parar a las arcas del club, lo que fue desmentido por los dirigentes. Sin embargo, no solo los negociantes callejeros estarían ganando con la venta de indumentaria. Se han registrado varias denuncias contra las dos cadenas de ropa deportiva más importantes de Brasil, por subir al doble el precio la vestimenta del campeón de la Copa Sudamericana en sus tiendas online, apenas horas después de ocurrido el desastre.

La ayuda a medias del mundo del fútbol

Tras el accidente, el fútbol cerró filas con el Chapecoense. El Atlético Nacional hidalgamente le cedió el título de la Sudamericana, los homenajes se replicaron en canchas de todas las latitudes y varios clubes anunciaron que solicitarían a la Confederación Brasileña de Fútbol que el “Chape” no descendiera en los próximos tres años, mientras rearmaba su plantel.

Escuadras de Sudamérica y Europa ofrecieron enviar jugadores a préstamo, pero de eso aún nada.

También se realizaron amistosos con figuras estelares para ayudar al club, como el que organizó el argentino Andrés D´Alessandro y los múltiples partidos que jugó Neymar durante sus vacaciones, pero por el momento el club solo recibió 70 mil dólares por esos partidos, según el diario argentino Olé.

El Chapecoense tendrá que afrontar siete competencias en 2017, entre ellas la Copa Libertadores, con un plantel totalmente nuevo y diseñado en la medida de sus posibilidades. Pero en el club no quieren piedad, ninguna queja ha salido de ellos, afirman que saldrán adelante con lo que tienen a mano y con el recuerdo de sus caídos en la mente y en el corazón.