Masatuda Ishii, entrenador del Kashima Antlers, rival del Real Madrid en la final del Mundial de Clubes que se disputará este domingo, reconoció este sábado que siente “envidia” de sus jugadores por no poder saltar al césped contra el campeón europeo.

“Tengo envidia de no poder jugar contra el Real Madrid”, aseguró en la conferencia de prensa oficial Ishii, que fue jugador del Kashima a principios de los años 1990, cuando se creó la liga profesional japonesa.

“Pero aunque fuese ahora jugador, mi calidad no alcanzaría para jugar contra el Real Madrid, por lo que debería estar en el banquillo animando”, añadió entre risas.

La final será una “gran experiencia para todo el fútbol japonés y asiático y ahora muchos se van a dar cuenta de que nuestro nivel se acerca al de Europa o Sudamérica”.

Ishii aseguró que el resultado de la final “no va a cambiar nada en los clubes japoneses”, aunque “si tendría un impacto enorme en los aficionados” si su equipo derrota al todopoderoso campeón de Europa.

El adiestrador, que aseguró que su equipo debe hacer “todo lo bueno en 90 minutos que ha hecho en los dos partidos anteriores”, tuvo un recuerdo para el brasileño Zico, la primera gran estrella internacional que desembarcó en Japón, concretamente en Kashima Antlers, y ayudó al desarrollo del fútbol en el país asiático.

“Siempre le tengo en mente, tanto cuando era jugador como desde que soy entrenador”, aseguró del que fue compañero suyo.

Por su parte, el centrocampista Gaku Shibasaki admitió que aún están por detrás del nivel de los grandes clubes del mundo, pero que trabajan para ser “el Real Kashima de Asia”, en referencia al palmarés de su rival.

“Queremos demostrar la calidad del fútbol japonés y confío en la victoria”, añadió. “Los profesionales tenemos que dar ejemplo a todos los niños que vean el partido de que los sueños se pueden alcanzar cuando se persiguen”.