Todo es posible en el fútbol, incluso los cuentos de hadas. Cuando tenía 17 años, Ousman Manneh llegó a Alemania solo, desde Gambia, como refugiado político. A sus 19 años, acaba de marcar este fin de semana su primer gol en la Bundesliga para el Werder Bremen.

“Es el mejor momento de mi vida”, afirmó el joven delantero, con lágrimas en los ojos, tras su gol contra el Bayer Leverkusen, que dio la victoria (2-1) a su equipo.

“Siempre he querido ser futbolista, es un sueño hecho realidad”, dijo. “Es difícil describir mis sentimientos. Estaba ya muy orgulloso de ser el primer gambiano en haber jugado cuatro partido de Bundesliga, y ahora estoy orgulloso de ser el primero en marcar un gol”, añadió.

La historia en Alemania de este joven, que parece bien instalado como titular en la punta del ataque del Werder, no empezó de la mejor manera.

Nacido en Gambia, decidió, cuando tenía 17 años, dejar a su familia para huir del régimen dictatorial de ese pequeño país de África Occidental.

Aterrizó en Alemania, donde obtuvo el estatuto de refugiado. Alojado en un centro de emigrantes, comenzó a jugar en el Blumenthaler SV, un club de quinta división de la periferia de Bremen.

Muy rápido, sus cualidades excepcionales atrajeron la atención de clubes profesionales. Y fue el Werder Bremen el que lo contrató, en marzo de 2015. Acababa de cumplir 18 años.

Jugaba en el equipo de menos de 23 años, cuando el destino llamó a su puerta. A mediados de septiembre, el entrenador de los profesionales, Viktor Skripnik, fue destituido tras una inicio de temporada catastrófico. La directiva del club lo sustituyó por Alexandre Nouri, que se ocupaba hasta ese momento del equipo… Sub-23.

Una historia emotiva

Y Nouri, que conocía perfectamente el potencial de Manneh, lo invitó a irse con él al equipo profesional.

“La vida no le ha regalado nada”, comentó el técnico el sábado, cuando Manneh, héroe de la jornada, posaba para selfies con aficionados. “Ha trabajado muy duro estos últimos años y progresa continuamente”, añadió el entrenador.

¿Por qué y cómo dejó su país natal? Por el momento, el joven refugiado no quiere responder a la pregunta, y Nouri no tiene la intención de traicionar su confianza: “Es una historia profundamente emotiva”, se contenta de decir el entrenador.

Para Manneh, Nouri es el hombre providencial, confidente y mentor: “Debo dar las gracias al técnico Nouri por haber creído en mí y me haber dado esta oportunidad al más alto nivel”, dijo el jugador.

“Incluso tras un partido así, mi técnico va a venir a decirme que no debo estar satisfecho. Me anima a seguir trabajando”, añadió.

“Mi sueño ahora es convertirme un verdadero goleador como Robert Lewandowski o Pierre-Emerick Aubameyang”, delanteros del Bayern München y del Borussia Dortmund, respectivamente.

No parece imposible, viendo su talento, estiman sus compañeros: “Ousman es un chico muy trabajador y ávido de aprender”, dice su cómplice en el ataque del Werder, el austríaco de origen bosnio Zlatko Junusovic: “Tiene los pies en el suelo y es un positivo, siempre de buen humor”, señala.

“Su progresión estos últimos años no es una coincidencia”, añade el capitán del Werder, Clemens Fritz, 22 veces internacional alemán.