El esloveno Aleksander Ceferin, de 48 años, un abogado desconocido del gran público y que trae aires de cambio, fue elegido nuevo presidente de la UEFA, este miércoles en Atenas, sucediendo al francés Michel Platini, destituido como máximo mandatario del organismo.

Ceferin fue elegido por una aplastante mayoría de 42 votos contra 13 del otro candidato a esta elección, el holandés Michael van Praag, de 68 años (cada una de las 55 federaciones de la UEFA tenía un voto).

“Decir que no tengo experiencia, es irrespetuoso para los presidentes de las pequeñas y medianas federaciones que, como yo, deben hacer más con menos, y por tanto tienen experiencia”, declaró el abogado esloveno en la tribuna del congreso de la UEFA.

“No haré promesas que no se puedan hacer realidad”, añadió, hablando de “viento de cambio”, en inglés “wind of change”, parafraseando una canción del grupo Scorpions.

El otro candidato a la elección, Michael van Praag, de más edad que Ceferin, había citado a los Rolling Stones diciendo que “time is on my side”, “el tiempo está de mi lado”.

Ceferin se vio respaldado por los votos del antiguo bloque de países del Este de Europa y por las pequeñas naciones, cuando los grandes clubes europeos buscan en este momento incrementar su dominio y hacer valer sus intereses en el fútbol continental.

La justicia interna de la FIFA había suspendido por cuatro años al anterior presidente, Michel Platini, de toda función ligada al fútbol, por “abuso de posición” y “conflicto de intereses” en el caso de un pago controvertido de 1,8 millones de euros por parte de Joseph Blatter, expresidente de la federación internacional, sobre la base de un contrato oral.

Platini aseguró este miércoles tener la “conciencia tranquila” en un discurso de adiós en el congreso de la organización en Atenas.

“Sepan que tengo la conciencia tranquila. Estoy seguro de no haber cometido la menor falta y sigo mi combate judicial” afirmó la leyenda del fútbol francés, de 62 años.

Platini pronunció su discurso ante los que le eligieron a la cabeza del organismo europeo (ganó las elecciones en 2007, 2011 y 2015).

El francés dimitió de su cargo en la UEFA el 9 de mayo luego de haber hecho uso de todos los recursos a su alcance, con los que vio reducida su suspensión de 8 a 4 años.

Doble misión de Ceferin

El esloveno Ceferin tiene ahora una doble misión. Primero debe ser un ejemplo de honestidad cuando el mundo del fútbol sufre repetidos escándalos de corrupción desde 2015.

“El fútbol primero”, es el mensaje clave de Ceferin, que prometió abrir el debate sobre una “duración limitada de mandatos”.

Van Praag no puede reprocharse nada, pero el holandés encarnaba el antiguo régimen, al formar parte del comité ejecutivo de la UEFA desde 2009.

Ceferin tratará de defender los intereses de los países pequeños en una confederación europea donde, desde que Platini fuera suspendido, los grandes clubes buscan imponer sus intereses.

“No soy un soñador: construir puentes entre los diferentes componentes del fútbol mundial está bien, pero terrenos donde no hay, es mejor”, señaló este padre de tres hijos, presentándose ante todo como “pragmático”.

El principal desafío que espera a Ceferin es tocar o no una reforma de la Liga de Campeones, que ha levantado enfados.

En pleno vacío de poder, entre la suspensión de Platini y la elección de Ceferin, la UEFA decidió que para 2018-21, España, Inglaterra, Alemania e Italia tendrán cuatros plazas garantizadas en la fase de grupos de la Champions, en nombre de sus buenos resultados en anteriores temporadas de esta prueba reina.

El objetivo era impedir la creación de una SuperLiga con un puñado de grandes clubes europeos.

Pero el enfado había crecido más allá de estos cuatro países beneficiados. La Asociación Europea de las Ligas de Fútbol Profesional (EPFL) denuncia lo que considera una “decisión que aumenta la brecha deportiva y financiera entre los más grandes clubes y los otros”.

“Si soy elegido, no podré cambiar esta reforma”, había advertido esta semana Ceferin en el diario L’Equipe.