Si en una nota anterior señalábamos que la nueva generación dorada del baloncesto pretende posicionar a esta disciplina en lo más alto del podio mundial, la vieja escuela hace de las suyas en el presente cestero. Tal es el caso de la familia Bravo-Barraza, la dinastía chilena que se niega a dejar las filas de Español de Talca.

Samuel, Francisco, y sus primos Pablo y Pedro no solo comparten un apellido en común, sino también el amor y admiración por una institución a la que la han entregado gran de su vida. Se trata de Municipal Español de Talca, el mismo que este fin de semana se coronó como campeón de la Liga Directv By Spalding 2016-2017, y que cuenta entre sus filas con el talento de este clan.

Es más, los Bravo-Barraza son la familia que más títulos le ha otorgado al conjunto hispano. Todo esto comenzó en el años 1981 cuando Samuel Bravo, padre de la dinastía, se tituló junto al “Quijote” como los campeones de la Liga Dimayor. Historia que se repitió 29 años más tarde cuando sus hijos Samuel y Francisco se colgaron las preseas doradas de la LNB del año 2010.

“La pasión por el básquetbol viene desde antes de mi generación, porque mi papá y mi abuelo también jugaban. Criar jugadores de ese nivel fue difícil. Que hayan llegado los dos -sus hijos Samuel y Francisco- a ser seleccionados nacionales no es coincidencia. Hubo sacrificios de todos en la familia para que crecieran en su deporte”, comentó Samuel Bravo, progenitor de Samuel y Francisco

Pero la historia no se quedó aquí ya que en el 2013, la marca registrada de campeones, tuvo como protagonistas del título nacional a los hermanos Pablo y Pedro Barraza, primos de los primeros. Y es precisamente aquí donde comienza a surgir una de las figuras del recambio criollo. Nos referimos a Pablo Barraza, quien con tan solo 22 años ya es pieza clave dentro del quinteto hispano.

“Samuel, Francisco y yo, todos en su momento empezamos jugando en el Federico Barraza, que es el club de mi abuelo. Ahí comienza la historia. Además, mi papá y mi tío jugaron por Español de Talca también. Creo que no hay persona en mi familia que no juegue aunque sea un poco de básquetbol”, dice el joven deportista, quien ha defendido las categorías menores de la Roja cestera”, señaló al medio El Mercurio.

Pablo es un agradecido de la vida y de sus primos, quienes no solo le enseñaron parte de lo que sabe, sino que también lo aconsejan cada vez que pueden.

“Mis primos me aconsejan mucho en los partidos y en los entrenamientos. Jugar con ellos, que tienen tremenda experiencia, me ha hecho crecer mucho como jugador”, sentenció.