En el sorteo de grupos del Mundial de Rusia 2018 apareció un señor inglés. Para las nuevas generaciones totalmente desconocido. Su nombre, un tal Gordon Banks, poseedor de una de las marcas más increíbles en la historia del fútbol. ¿Quieren conocer su hazaña?

Este exportero inglés es considerado el protagonista de la mejor atajada en la historia de los mundiales. ¿Y saben a quien le tapó aquel disparo que lo elevó a la categoría de leyenda? Al mismísimo O Rei Pelé.

Nuestro relato se remonta al Mundial de México 1970. Un 7 de junio, Inglaterra debía enfrentar a Brasil por el segundo partido de la fase de grupos en el estadio Jalisco.

El meta llegaba a este partido con su arco en cero tras haber derrotado en su debut a Rumania por 1-0. Por otro lado, Brasil venía de golea por 4-1 a Checoslovaquia.

Los ingleses se habían coronado campeones del mundo cuatro años antes, por lo que este duelo ante los sudamericanos se tornaba bastante atractivo.

Brasil (1): Felix; Brito, Piazza, Carlos Alberto, Everaldo; Clodoaldo, Tostao, Rivelino, Paulo César; Jairzinho y Pelé.

Inglaterra (0): Banks; Cooper, Labone, Moore, Wright; Mullery, Ball, Charlton; Lee, Hurst y Peters.

El partido comenzó y fue aquí cuando ocurre lo inimaginable. El balón voló en el área tras un centro perfecto de Jairzinho. Allí lo esperaba el 10 brasileño, quien se elevó gracias a un salto prodigioso y, como si se tratase de un martillo, cabeceó el esférico directo hacia la red.

Sin embargo, allí lo esperaba un felino listo para cazar a su presa. El inglés apareció de manera providencial con un salto acrobático y con una mano prodigiosa, casi milagrosa, alejó el peligro dejando a los 67 mil espectadores con la boca abierta.

La actuación del portero no sirvió de mucho, ya que el cotejo finalizó con una victoria para los brasileños por 1-0.

Pelé quedó sin palabras por no haber podido marcar aquel gol, y años más tarde señaló que “he marcado más de 1.000 goles en mi vida, pero el que más recuerdo es aquel que no marqué”.

“Desde el preciso instante en el que rematé, estaba seguro de que era gol”, relató el mítico 10, agregando que “ya había empezado a saltar celebrándolo cuando miré para atrás y comprendí que el balón no había entrado. No podía creérmelo”.

Sin embargo, para Gordon Banks tampoco fue fácil. “No imaginé que pudiera parar aquel balón ni siquiera cuando le di con el pulgar. Creía que había entrado hasta que oí los aplausos de Bobby Moore”, reveló después.

Además, aquella tapada lo elevó a la categoría de estrella en el mundo del fútbol. “La gente no se acordará de mi porque gané un Mundial (Inglaterra 1966), solo me recordará por la parada a Pelé. Así de grande fue, la gente no me habla de otra cosa”, añadió años más tarde.

El astro brasileño quedó marcado con la espectacular jugada, que el año 2004 eligió a Banks en su lista FIFA 100, un ranking de los mejores 100 futbolistas vivos.

Entre el palmarés del portero, es considerado el segundo mejor arquero del siglo XX, según la IFFHS (Federación Internacional de Estadísticas e Historia del Fútbol), por detrás de la ‘araña negra’ Lev Yashin y por delante del italiano Dino Zoff.

El Mundial de México 1970 lo terminaría ganando Brasil tras derrotar por 4-1 a Italia.