Debido a su extenso territorio, en el fútbol brasileño sus participantes deben estar preparados para todo, literalmente para todo.

En el municipio de Manaos ocurrió algo sencillamente insólito.

Mientras se desarrollaba el encuentro de la liga femenina entre Iranduba y Penarol-AM en el Estadio Ismael Benigno, la arquera Mayara Santana le advirtió al árbitro que una especie de avispas estaban anidando en la esquina del arco.

Tras recibir el llamado de la jugadora, el juez Edmar Campos de la Encarnación tomó un extintor y prosiguió a rociar a los insectos.

Pero su esfuerzo no dio resultados, y los auxiliares del equipo local debieron acudir con insecticidas para socorrer al árbitro.

Tras unos minutos el encuentro se reanudó y finalizó 3-1 a favor de Iranduba.