Como en todos los deportes, siempre está el exponente más virtuoso, el más aplicado, aquel esforzado que con garra soluciona todo, y también el ‘chico malo’, o el más polémico.

El mundo de las artes marciales mixtas no es la excepción. En la UFC, empresa reina en esta disciplina, reinó durante años un luchador que en su comienzo fue considerado por los fanáticos como el mejor peleador de la categoría semipesados durante toda su carrera deportiva.

Sin embargo, eso se esfumó debido a los diversos actos extradeportivos y la indisciplina fuera del octágono de este deportista: hablamos de la máquina estadounidense Jon “Bones” Jones.

Ayer, el neoyorquino encontró la redención ante el campeón Daniel Cormier en el UFC 214, y consiguió, con una brutal patada en la cabeza, ese tan esquivo título semipesado que algún día fue suyo (lo mantuvo durante cuatro años), y que lo perdió por problemas con la ley.

A continuación te presentamos su increíble historia.

Jon “Bones” Jones

Jones nació en Estados Unidos bajo el seno de una familia amante del fútbol americano. Sin embargo, este joven siempre se inclinó por las artes marciales mixtas y a los 14 años comenzó con sus primeros entrenamientos en un gimnasio.

La situación se puso seria cuando en 2007, tras tener un hijo no planeado en la universidad, decidió entrenar para pelear por dinero y así tener con que mantener a su nueva familia.

Rápidamente ‘Bones’ (apodo que se ganó por sus potentes goles de rodilla y codo) comenzó a adquirir notoriedad en el mundo de las artes marciales mixtas y su carrera en la UFC fue en alza.

El 2011, y a la edad de 23 años, Jones se convirtió en el campeón más joven en la historia de la UFC (semipesado) tras derrotar a Mauricio Rua por nocaut técnico en el tercer asalto.

Tras coronarse campeón, fue capaz de defender en ocho oportunidades su título. Además, fue el primer luchador de artes marciales mixtas en ser patrocinado por Nike.

Sin embargo, sus polémicas fuera del octágono destruyeron su carrera. Le arrebataron el título que defendió en tantas ocasiones y Dana White decidió separarlo de la compañía.

Polémicas

Su mal comportamiento comenzó en 2012. A la edad de 24 años estrelló su Bentley Continental GT y fue arrestado por la policía por conducir bajo los efectos del alcohol. Debido a esa falta pasó unas horas en prisión y luego fue puesto en libertad.

El 2015, tras derrotar al excampeón Daniel Cormier, Jones dio positivo en un control antidoping por cocaína. Fue su última defensa de título.

“Era un adicto a las drogas. Una de las cosas de las que la gente no se da cuenta, es que puedes ser un adicto a las drogas incluso si eres un fumador de hierba. No hace falta consumir drogas fuertes para ser un adicto”, confesó en una entrevista tras su paso por un centro de rehabilitación.

Pero eso no sería todo, ya que solo tres meses después el actual campeón provocaría una triple colisión de vehículos por pasar un semáforo en rojo. Luego de su polémico accionar se dio a la fuga.

Horas después el luchador se entregó y debió pagar una multa de 2500 dólares.

Esa situación fue la que rebalsó el vaso y Dana White decidió despojarlo de su título que tantos años defendió y lo borró de la compañía.

“Está en un proceso legal. Muchas cosas se han dicho desde ese día, la mayoría son mentiras. Queremos hablar con Jon y escuchar su versión”, dijo en esa oportunidad el presidente de la UFC.

Un año debió permanecer fuera luchando contra sus propios demonios. En 2016, parecía que ‘Bones’ se había redimido, y acordó un combate con Ovince Saint Preux por el título interino del peso semipesado, tras la lesión de Cormier. Sin embargo, eso no sería así.

Un mes antes de la pelea, fue detenido por la policía por realizar carreras ilegales con su Cadillac. Jones fue multado por las carreras, situación que desmintió, argumentando que solo fue una acelerada.

Además, obstruyó la placa policial diciendo que solo era un objeto decorativo, y no contento con eso, insultó a los uniformados. “Eres un jodido mentiroso y un cerdo”, les dijo.

Luego de esa polémica, Jones se enfrentó a Preux y lo derrotó. Ahora quería verse nuevamente las caras con Daniel Cormier, anhelaba el título, pero solo dos días antes del combate la Agencia de Antidoping de Estados Unidos decidió descalificarlo tras encontrar en su sangre sustancias ilícitas.

Hydroxy-Clomiphene y Metabolitos de Letrozole se encontraron en su cuerpo. El primero era un bloqueador de estrógenos y el segundo un agente para bloquear el uso del primero.

No fue solo un golpe deportivo, también fue un duro mazazo en lo económico. “Quien sabe cuánto dinero realmente habrá ganado por el evento UFC 200, pero si es suspendido por 12 o 24 meses, entonces estamos hablando de una pérdida de entre 25 y 30 millones de dólares por haber dado positivo de un suplemento ilegal”.

Pero Jones volvería a levantarse. Consiguió su tan anhelado combate con Cormier por el título semipesado. El escenario sería el UFC 214. Lo enfrentó, lo derrotó con el nocaut histórico y anoche, ante miles de personas, volvió a reinar.

‘Bones’ está de vuelta.