El duelo entre Roger Federer y Rafael Nadal, el ‘clásico’ del tenis mundial de las últimas décadas, siempre ha dejado para el recuerdo verdaderas ‘batallas’ sobre las canchas de los distintos torneos de mundo, lo que no fue distinto este domingo, en la final del Abierto de Australia.

Tras más de 3 horas y media de dura lucha, con cambios en el mando del partido y grandes intercambios entre ambos jugadores, Federer llegó al último juego con la opción de cerrar el triunfo con su saque. En un juego cerrado, el suizo sirvió al centro de la cancha y, luego de la devolución exigida de Nadal, despachó un derechazo cruzado sobre la línea, pero debió esperar la confirmación del juez de silla de que la pelota había sido buena.

La expectativa en el ‘Rod Laver Arena’ se trasladó a las pantallas gigantes y el ‘Ojo de Halcón’ confirmó el acierto del suizo, que estalló en euforia al cerrar el marcador con un 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3, que le dio el 18° título de Grand Slam de su carrera.