¡Se pasó! Un árbitro protagonizó uno de los actos más bochornosos de los que se tenga memoria. Resulta que se disputaba la final de la cuarta división del fútbol urugayo entre Boca Juniors y Conventos, cuando los asistentes comenzaron a notar algo extraño con el juez del encuentro.

¡El colegiado estaba borracho! En medio del partido el árbitro Raúl Mariño golpeó a un menor de 17 años y de paso se cayó en medio del campo de juego, desatando risas desde la galería.

El juez, con tal de ser el protagonista, cobró dos veces la ejecución de un penal para el equipo de Conventos. Con ese gol, Boca Juniors no pudo ser el campeón anual del torneo.

Ante esta polémica dentro de la cancha, los espectadores que se encontraban en el Estadio Salesiano, de Cerro Largo, decidieron llamar a la policía.

Al llegar, tomaron detenido a Mariño quien terminó en la comisaría. Allí marcó 1,5 gramos de alcohol en sangre.