Colo Colo y Flamengo dirimían en el Monumental cuál de los dos iría a la semifinal de la extinta Supercopa Sudamericana. Entre peleas, expulsados, lesionados, un golazo, empujones al árbitro y un inesperado guardametas, los albos lograron imponerse en un encuentro que quedó grabado a fuego en el imaginario de la hinchada colocolina.

Era 1996. Tras dos años opacado por la Universidad de Chile, Colo Colo quería volver a la primera plana. Para ello formó un plantel con quilates, dirigido por el paraguayo Gustavo Benítez, que dominaba a nivel local y no se empequeñecía en el extranjero. Marcelo Espina, Pedro Reyes, Ivo Basay, Marcelo Barticciotto, Marcelo ‘Rambo’ Ramírez, José Luis Sierra y Emerson eran las piezas claves de un equipo que jugaba sin florituras, pero con gran eficiencia en las dos áreas.

El debut en la Supercopa se avizoraba complejo. En frente estaba Estudiantes de La Plata, un equipo con fama de ‘copero’ y que entre sus filas contaba con Juan Sebastián Verón y Martín Palermo, dos que años más tarde se transformarían en íconos del fútbol argentino.

El primer partido se jugó al otro lado de la Cordillera y ahí Colo Colo dio el golpe a la cátedra con una victoria por 2-4, que tuvo como figura a un joven Héctor Tapia y a Claudio Arbiza, el arquero uruguayo que atajaba en los torneos internacionales. Fue el primer triunfo de un equipo chileno en suelo argentino. Benítez y los suyos daban aviso a todo el continente. Ya en Santiago, el Cacique completó la faena con otro triunfo, esta vez por 2-1.

La victoria ante los trasandinos dejó al plantel con el ánimo a tope. El siguiente rival era tanto o más complicado: Flamengo de Brasil. El cuadro carioca venía de eliminar a Independiente de Avellanada y contaba con Bebeto, el goleador que dos años atrás había sido figura en la selección brasileña campeona del mundo en Estados Unidos.

En Río de Janeiro, los albos lograron rescatar un empate merced a un cabezazo de un actor de reparto en ese equipo: el ariete Francis Ferrero. En el Monumental y con toda su gente, el equipo chileno tenía la gran oportunidad de rematar la serie.

Sin embargo, parecía que la suerte no acompañaba a los colocolinos esa noche en el Monumental. A sabiendas de que la responsabilidad era de ellos, los albos saltaron al ruedo buscando liquidar rápidamente el partido. La escuadra chilena arrinconó al conjunto brasileño en su área. Las llegadas se sucedían una tras otra. Mario Salas, Basay, Espina y Barticciotto estuvieron muy cerca de anotar, pero la falta de puntería y el arquero Zé Carlos lo impidieron.

El infortunio no solo se hacía notar en el arco brasileño. Flamengo, agazapado, apostaba a concretar una contra o a alguna pelota parada. Casi lo logra, pero Arbiza con una notable estirada lo impidió. La contorsión, eso sí, tendría un precio para el charrúa: salió lesionado. Su lugar fue ocupado por el ‘Rambo’.

En el segundo tiempo, Colo Colo siguió machacando al ‘Mengao’ e incluso le anularon un gol. Los minutos corrían, se hacían notar los nervios en la tribuna y en la cancha. Para empeorar la situación, Marcelo Ramírez se retiró con molestias. Benítez ya había agotado los cambios y no tuvo otra opción que mandar a Pedro Reyes a la portería.

Se pensó que sería llegar y cantar para la visita. Pero no. Colo Colo no bajó la guardia y siguió yendo hacia el frente. Y tuvo su premio. A cuatro minutos del final, tras una grosera pifia de un defensor brasileño al intentar despejar una pelota que quemaba en el área, apareció Espina, quien se dio medio vuelta y cazó el rebote con un zurdazo infernal que hizo explotar Pedrero.

Flamengo se fue con todo. Sabía que en el arco había un defensa central. El partido se hizo de ‘meta y ponga’. El ‘Coto’ Sierra se fue expulsado al responder a una provocación y patear desde el suelo a un rival. Sobre el final del partido, y tras muchos minutos de descuentos, el tiempo pareció congelarse con un cabezazo visitante en plena área chica. Muchos vieron gol, pero Reyes sorprendió con una espectacular tapada que terminó en una tole tole en el área chica y con Fabián Guevara expulsado. Colo Colo, con nueve hombres, se las arregló para aguantar. El partido terminó con los brasileños empujando y amenazando al árbitro. Poco le importó a los albos, que habían ganado un duelo épico.

El sueño terminaría en la siguiente fase. Por semifinales, Colo Colo tuvo que medir fuerzas con su ‘bestia negra’: Cruzeiro. La derrota por 2-3 en Brasil invitaba a la ilusión, pero los brasileños le dieron una feroz cachetada al ‘Cacique’ en Santiago derrotándolo por 0-4. Una vez más, como tantas en la década del ’90, el elenco de Belo Horizante dejaba a las puertas de la gloria al cuadro nacional. Pero esa es otra historia.

A 20 años del partido ante el Mengao, los hinchas aún recuerdan la noche en que Pedro Reyes se puso bajo los tres tubos para tumbar a uno de los gigantes de Sudamérica.