El delantero del Western Sydney Wanderers, Kerem Bulut, se despachó un ridículo de aquellos en medio del duelo frente al Melbourne City por la Liga Australiana.

Resulta que al minuto 50 de partido, el atacante recibió un pase en área contraria. Miró y batió al portero con un potente disparo.

Saltó los carteles y corrió eufórico rumbo a su hinchada. Se abrazó con ellos y les dedicó la apertura de la cuenta.

Pero en el preciso instante en que Bulut celebraba, el juez de línea invalidó el tanto pues a su juicio el delantero se encontraba en posición de adelanto.

El atacante no se percató y continuó con el festejo. Pero al darse vuelta hacia el campo de juego cambió su cara de forma radical.

No lo podía creer. Juraba que había marcado, y lo peor de todo, el gol estaba mal anulado.