Jorge Sampaoli lo pasa bien en España. Y es que el exDT de ‘La Roja’ tiene al Sevilla en la parte alta de la tabla, a un punto del Real Madrid y el Atlético, registrando uno de los mejores arranques en la historia del club español.

Pero la hinchada aún está dividida, pues creen que el casildense es prisionero de sus palabras. ¿Cómo es eso?

Resulta que tras la Supercopa frente al Real la directiva del Sevilla le dio un llamado de atención a Sampaoli, pues prometió buen fútbol y eso no ocurrió. Le señalaron que redujera las expectativas de la gente con su idea.

Desde ese momento se vio a un Sampaoli más callado y sereno. El Sevilla comenzó a cosechar triunfos aunque los hinchas le dan faceta de filósofo a su segundo al mando: Juanma Lillo.

El ‘maestro’ de Guardiola ha traído consecuencias para el trasandino, pues debido a esto se ha ganado un curioso apodo de parte de la afición sevillista.

Según As, al entrenador lo apodan como “Sampalillo”, por estar siempre hablando con su ayudante.

“Sampaoli ha cogido la escapada buena. Como tiene a Lillo a su lado, le llaman ‘sampalillo’. Lillo hizo célebre su culto oral a esa forma de juego que entonces era nueva y que ha triunfado. Ha renunciado a hablar así en público, pero su fama le persigue. Sampaoli, no, y es prisionero de sus palabras, doble arma contra él. Unos le acusan de desdeñar los resultados; otros, de conseguirlos sin jugar como prometió. En el club le han pedido contención en sus expresiones. La afición debate, eso es bueno, y él, mientras el juego aparece, saca resultados”.