Cuenta el corredor profesional de ultramaratones, Dion Leonar, lo imposible que le fue resistirse a la mirada de una perrita que vio el primer día de competencia en la Gobi March, prueba de 250 km en el desierto de Gobi en China, en donde conoció a su inseparable amiga.

El australiano reveló a The Washington Post que la pequeña “se sentó a mi lado y me miró como diciendo ¿corremos juntos hoy?“, confesando no haber creído que seguiría por mucho tiempo a su lado.

No esperaba demasiado del asunto. Me dije: vamos a ver cuánto dura“, expuso.

El resultado fue sin embargo una experiencia inolvidable para el deportista, a quien Gobi -como fue bautizada la mascota- siguió durante cuatro de las seis jornadas de la prueba, corriendo los 23 Km del segundo día junto a él para luego descansar en su tienda al finalizar la etapa.

Yo no hice nada especial para llamar su atención. Fue ella quien me eligió“, puntualiza Leonar, quien vio como su nueva mejor amiga lo esperaba en la meta cada vez que la organización la adelantaba tomando el resguardo necesario cuando las condiciones y distancias se volvían extremas –hubo temperaturas aproximadas de 50 grados-.

Es la mejor perra que te puedas imaginar: no ladra, ni muerde, ni mastica cosas, ni olisquea entre las bolsas o roba calcetines“, explicó Richard Henson, quien compartió tienda con Gobi y Leonard.

Si bien el atleta australiano quedó segundo, su mayor premio fue conocer y adoptar a Gobi, quien por lo demás se transformó en la sensación de la competencia.

El proceso de adopción y los trámites para llevarla de China a Escocia -donde vive Leonard-cuestan aproximadamente unos 5.800 euros e incluyen cuatro meses de revisiones veterinarias y cuarentena, según expone El País.

“El pasado 1 de agosto, Leonard lanzó una campaña de crowdfunding para recaudar esa cantidad y creó una página en Facebook llamada Bring Gobi Home (Trae a Gobi a casa). En su primera semana ya ha superado el objetivo y lleva sumadas más de 17.400 libras (20.580 euros)“, acotan.