En “Tancredo”, ópera compuesta por Rossini en 1813 cuando sólo tenía 20 años de edad, la misma época en que creó “La Italiana en Argel”, se lució desde un comienzo en muchos escenarios y fue cantada en diversos idiomas.

Pero lo principal es que este comienzo lírico, esta clara expresión de un “Rossini temprano”, ya llevó el importante sello lírico del gran autor y dejaba entrever lo que sería el áurea lírica de este compositor.

Los buenos cantantes de las diversas épocas hicieron el resto y su resultado fue una pieza atractiva para los espectadores, cuyo éxito se fue repitiendo hasta la actualidad.

La versión chilena no se ha apartado de este halagador balance, con buen elenco y buena música. Y lo que paladeamos como un buen “Tancredo” Internacional en el Municipal, se repitió en la presentación del conjunto estelar, partiendo por la correcta puesta en escena del español Emilio Sagi y la batuta diligente y muy colaboradora del joven director Paolo Bortolameolli, cada vez más seguro y resuelto en su conducción.

En lo relativo a los cantantes, tanto la mezzosoprano Evelyn Ramírez, en el rol travesti del protagonista “Tancredo”,como el de su pareja Amenaide, encarnada por la soprano Patricia Cifuentes, fueron lejos lo mejor de la producción, ambas con gran dominio de sus personajes, gran presencia escénica y voces privilegiadas. La primera, figura primordial en las tres primeras óperas de la temporada (la espera el sexto título de la temporada 2016, “La Condenación de Fausto” de Berlioz), en que ha lucido su espléndido dominio de idiomas como el italiano y el alemán, se lució en esta oportunidad con “Di tanti palpiti”.

La Amenaide de Patricia Cifuentes, en tanto, lució una vocalización de una belleza suprema, con agudos y sobreagudos intensos y una notable coloratura, como factores esenciales de su notable despliegue.

También destacó en su breve aria al final de la obra, la joven soprano chilena Marcela González, como Roggiero y el bajo barítono Homero Pérez, encarnó, con corrección, su rudo personaje del oficial Orbazzano. Cumplieron bien, el tenor ruso de dulces agudos, Anton Rositskiy y la mezzo soprano María José Uribarri.