Por René Naranjo

Con esta frase Patricia Riggen resume uno de los objetivos de los Premios Platino del cine iberoamericano que, con una gran fiesta de gala que se prolongó hasta la madrugada, culminó en su tercera versión la noche del domingo en Punta del Este.

Estos galardones reconocen los mejores largometrajes realizados durante el último año en América Latina, Portugal y España, y congregan cada vez más a productores, guionistas, actores y prensa especializada venida desde todo el continente.

Sólo en el ámbito de la prensa, estos Premios Platino convocaron a más de 300 periodistas, en un fin de semana que tuvo como escenario principal el moderno Centro de Convenciones de Punta del Este, inaugurado para esta ocasión.

El cine chileno obtuvo dos premios, el de Mejor Documental, que recayó en El botón de nácar, del consagrado realizador Patricio Guzmán, y el de Mejor Guión, que fue para El club, de Pablo Larraín.

Este galardón fue recibido en la ceremonia por el escritor Daniel Villalobos, autor del guión junto al dramaturgo Guillermo Calderón y al propio Larraín.

La película más premiada de esta tercera versión de los premios del cine iberoamericano fue la colombiana El abrazo de la serpiente, que recibió siete estatuillas, incluyendo las de Mejor Película y Mejor Director. Este es un filme en blanco y negro, situado en plena Amazonia y hablado en diversos dialectos indígenas.

El abrazo de la serpiente cuenta ya con distribuidor en Chile, pero –como suele ocurrir con el cine latinoamericano e incluso con el chileno– no tiene aún una posible fecha de estreno.

La ceremonia de los Premios Platino estuvo animada por la actriz y cantante uruguaya Natalia Oreiro y el cineasta español Santiago Segura, quien aportó dosis de su habitual humor irónico y provocador.

Entre las numerosas celebridades latinas que estuvieron en esta premiación en Punta del Este, destacó la actriz colombiana Angie Cepeda, muy recordada en Chile por su papel en Pantaleón y la visitadoras, y quien comentó a La Radio su admiración por el trabajo del director Pablo Larraín y su deseo de filmar en nuestro país.

“Soy absolutamente fan número 1 de Pablo Larraín. ‘El club‘ es de mis favoritas, qué buen director es. Me encantaría volver a conectarme con el cine iberoamericano, las dos últimas películas que hice fueron en Estados Unidos, de cine independiente, pero me encantaría reconectarme con el cine iberoamericano. Me encantaría trabajar en Chile, quiero ver qué pasa más adelante”, comentó Angie Cepeda.

Más allá de la alegría, el glamour y la excelente organización que brindó Uruguay a esta edición de los Premios Platino, queda la tarea de lograr que las películas realizadas en América Latina y España circulen por el continente, y que los públicos latinos podamos ver el cine que realizan nuestros países hermanos.

Es lo que comentó a BioBio la directora de Los 33, la mexicana Patricia Riggen, también presente en Punta del Este: “Nos ayuda a conocernos unos a los otros, a conocer directores chilenos, actores chilenos, mexicanos, colombianos, y a crear producciones colaborativas. Sobretodo a que nuestro cine se vea en el resto de Latinoamérica y España. Eso al final de cuentas se va a reflejar en EE.UU para abrirnos espacio. La mayoría de estas películas no llegan allá. Yo vivo en Los Angeles, pero no tengo acceso a este tipo de cine”.

La actriz chilena Paulina García, que participó esta vez como jurado, piensa que los países del hemisferio deben asumir un compromiso urgente con la difusión de los filmes latinoamericanos, para que éstos sean vistos por la mayor cantidad de gente posible:

“Yo estoy esperando que exista el gesto de que, una vez que comienzan los premios, los países involucrados exhiban las películas que se van a premiar. Que haya un lugar, una instancia, la cinemateca, lo que sea, donde uno pueda ir a ver lo que se a premiar. Que la gente se entere”, apuntó Paulina García.

Así, con la necesidad de difusión urgente para las películas iberoamericanas y una comunidad continental cada vez más consolidada, se cerró la tercera edición de los Premios Platino en la turística ciudad de Punta del Este. Unos galardones que se perfilan como una relevante instancia de encuentro y que reconocen una producción cinematográfica cada vez más potente.