Entretenida, con mucha acción, rápida, salpicada de humor y varios héroes y heroínas de distintas generaciones, Día de la Independencia: Contraataque cumple con lo que promete ser: una película pop corn, con efectos 3D, para ir a divertirse un rato a la multisala.

¡No le pida más ni se la tome en serio!

(Entienda: si a Ud le gusta el CINE, esto NO es para usted).

Tras 20 años de haber sufrido un feroz ataque alienígena, los terrícolas no solo se rearmaron y reconstruyeron todos los destrozos (¡que nos den el nombre de la empresa contratista por favor!) sino que aprovecharon de investigar e incorporaron tecnologías de punta que traían los invasores.

De paso, la humanidad se unió y todos colaboran en una gran fuerza defensora.

En la luna hay tremendas instalaciones y viajar de ida y vuelta a la Tierra es más simple que ir en avión de Santiago
a Punta Arenas.

Todo bien y bajo control. Hasta que la Presidenta de EE.UU. y el consejo de presidentes de las naciones reciben información que se ha activado el núcleo de la nave madre, que ha quedado botada en algún lugar de algún desierto (dejada ahí como si fuera chatarra quién sabe por qué).

La secuela de Día de la Independencia, que también dirigió Roland Emmerich, cruza generaciones, lo que le permite desplegar un casting envidiable.

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