La creadora de “Consuelo Aldunate” presenta el primer volumen de una saga protagonizada por tres “perras”.

Valentina, de familia muy conservadora, con tres matrimonios a cuesta -y muy aburrida con el “último”- tiene una efímera fama gracias a una campaña que realiza contra las tareas escolares en las redes sociales; Catalina, actriz avasalladora de difícil trato que hace años quedo relegada tras casarse con un acaudalado agricultor y perder la figura; y Paulina, fotógrafa, amante por varios años de un hombre casado que no quiere separarse. Ellas son las protagonistas de un libro que parte bien, prometedor:

“Donde hay hambre, ganas, hormonas, necesidad y carencia de cualquier tipo, hay una perra. Una mujer despierta. Una que por instinto aprende a atraer el cariño; y a pegar el tarascón necesario cuando hay que defenderse.” (pp10)

En “La ética de las perras” Aldana hace algunas descripciones precisas, como:

“El talento de Catalina era gigante y poco habitual: sabia parecer vacía, para que el otro pusiera en ella la emoción que quisiera. Sabia, de forma instintiva, entregarle al que la estaba mirando lo que necesitaba percibir.” (pp 47)

Y afirmaciones provocadoras:

“A veces hay que vivir 45 años para entender las lógicas más sencillas y aprender a usarlas a tu favor. Las perversiones también dejan lecciones.” (pp 141)

Pero “La ética de las perras” es una larga espera que se hace a ratos tediosa, porque se da vueltas, se alarga y no deja de ser una extensa introducción de lo que vendrá, sin relacionar a las tres protagonistas y ni mostrar de que va esta historia…

Vía X ediciones
158 paginas
Santiago, mayo de 2016