Tras meses de espera y cientos de filtraciones, el pasado martes Apple develó finalmente la nueva versión de su producto estrella, el iPhone X.

El evento fue el primero que se realiza en la nueva sede de Apple en Cupertino, California, en donde se hicieron presentes numerosos medios especializados para seguir atentamente los detalles de este dispositivo.

Sin embargo, la presentación no estuvo exenta de problemas. El más llamativo ocurrió, probablemente, en el momento más inoportuno.

Todo comenzó cuando Craig Federighi, vicepresidente de software de Apple, se disponía a mostrar las bondades del Reconocimiento Facial con su nueva función Face ID.

Para su sorpresa, y la de todos los presentes, no pudo hacer que Face ID desbloqueara el dispositivo. Aunque lo intentó por segunda vez no hubo caso, por lo que tuvo que introducir el archiconocido PIN de seguridad

Visiblemente incómodo, Federighi debió tomar otro modelo para demostrar la función. Aunque en esta ocasión sí tuvo éxito, el curioso momento quedó para la posteridad.

Rápidamente comenzaron a surgir especulaciones en torno a la causa que pudo haber originado el problema, ante lo cual un portavoz de Apple salió a aclarar lo sucedido.

En conversación con el portal norteamericano Yahoo News, el vocero indicó que la falla se debió por algo sumamente básico: los técnicos encargados del celular no lo configuraron con la cara de Federighi.

Es por esto que cuando el ejecutivo intentó desbloquear el equipo con su rostro, la aplicación mostró la pantalla para introducir la contraseña manualmente.

Dicho de otro modo, no se debió a un error tecnológico sino que humano.

Face ID utiliza un sistema de cámara TrueDepth, elaborado con un proyector de puntos, una cámara infrarroja y un emisor de luz, todo alimentado por un chip A11 Bionic.

Estas tecnologías trabajan de manera conjunta para que, de manera segura, se pueda desbloquear el iPhone, habilitar Apple Pay y obtener acceso a apps seguras, además de otras funciones.