Un trabajador italiano recibirá una pensión vitalicia luego de que la justicia determinara que el uso excesivo del celular en su trabajo le causara graves problemas auditivos.

Todo comenzó en 2010 en Ivrea, en el norte de Italia, cuando Roberto Romeo, de 57 años, visitó al médico debido a que sentía el oído derecho tapado.

Luego de los exámenes de rigor, los especialistas descubrieron que el hombre tenía un tumor, lo que hizo que perdiera el nervio auditivo.

Romeo se había desempeñado durante 15 años en un empresa telefónica llamada Telecom, en donde debía hablar por celular durante más de tres horas al día.

Según recoge la edición online del periódico británico The Guardian, el juez Luca Fadda del Tribunal de la ciudad determinó en primera instancia que el tumor tenía una clara relación con el uso prolongado del móvil, razón por la cual determinó que Romeo sea indemnizado con una pensión de por vida.

Contexto | Esther Vargas (CC) Flickr
Contexto | Esther Vargas (CC) Flickr

La decisión del juez se basó en un informe médico que indicó que las ondas del teléfono móvil fueron las que causaron el tumor. Esto llevó a los abogados de Romeo a habilitar un sitio, llamado Neurinomi, en el que explican cómo el uso excesivo del celular puede eventualmente generar problemas de audición.

“Si tiene un neuroma acústico y puede demostrar haber usado el teléfono móvil al menos 1.640 horas, podría haberlo desarrollado a causa de los campos electromagnéticos”, señala el portal.

“La ciencia considera totalmente plausible una vinculación entre la enfermedad y esa cantidad de horas”, agrega.

El neuroma acústico, que según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos corresponde a un “tumor de crecimiento lento del nervio que conecta el oído al cerebro”, es benigno, lo que quiere decir que no se disemina a otras partes del cuerpo.

¿Es peligroso el uso del celular para nuestra salud?

Lo primero que se debe tener en cuenta es que los teléfonos celulares son transmisores de radiofrecuencias de baja potencia, ya que funcionan en un intervalo de frecuencias de entre 450 y 2700 MHz y tienen un pico de potencia que va de 0,1 a 2 vatios. Además, el equipo sólo transmite energía en el momento en que está encendido.

Esta potencia disminuye rápidamente cuando la persona se aleja del dispositivo, lo que quiere decir que quienes utilizan el sistema de “manos libres” están menos expuestos a campos de radiofrecuencia en comparación a quienes lo usan de la manera tradicional.

Durante las últimas dos décadas se han realizado innumerables estudios para determinar si efectivamente los celulares representan un riesgo.

Gideon (CC) Flickr
Gideon (CC) Flickr

Sin embargo, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el momento no se ha podido demostrar que el uso del teléfono móvil tenga efectos perjudiciales para la salud.

“La principal consecuencia de la interacción entre la energía radioeléctrica y el cuerpo humano es el calentamiento de los tejidos. En el caso de las frecuencias utilizadas por los teléfonos móviles, la mayor parte de la energía es absorbida por la piel y otros tejidos superficiales, de modo que el aumento de temperatura en el cerebro o en otros órganos del cuerpo es insignificante”, señala la OMS.

Si bien son varias investigaciones las que han tratado los efectos de los campos de radiofrecuencia en la actividad eléctrica cerebral, la función cognitiva, el sueño, el ritmo cardíaco y la presión arterial en voluntarios, hasta la fecha no han arrojado pruebas fehacientes que permitan decir que la “exposición a campos de radiofrecuencia de nivel inferior a los que provocan el calentamiento de los tejidos tenga efectos perjudiciales para la salud”.