Más de 5.000 millones de personas deberían tener un teléfono móvil a finales de año, según un estudio realizado por el consorcio global de operadores (GSMA) publicado este lunes en el inicio del Congreso Mundial del Móvil en Barcelona.

Según el GSMA, la barrera simbólica de los 5.000 millones de usuarios debería superarse a mediados de año.

En 2020, 5.700 millones de personas, tres cuartas partes de la población mundial, tendrán un teléfono móvil principalmente por la rápida adquisición de estos dispositivos por parte de las poblaciones asiáticas, empezando por India, que contribuirá en la mitad de este crecimiento.

También aumentará el número de teléfonos con conectividad a internet móvil, ya sea 3G o 4G: actualmente un 55% de los móviles disponen de esta conexión mientras que en 2020 el porcentaje llegará al 75%.

Especialmente progresarán los dispositivos con conexión 4G, pasando del actual 23% al 41% al final de la década.

“Es la consecuencia de la inversión de los operadores en el 4G”, señala GSMA en su informe, señalando que “a finales de 2016, 580 redes 4G estaban desplegadas en 188 países distintos, cubriendo un 60% de la población mundial”.

El paso del 3G al 4G y el futuro salto al 5G se hace a costa de una mayor inversión por parte de los operadores, indica el estudio, que estima en un billón de dólares las inversiones realizadas desde 2010 en las redes a nivel mundial y 700.000 millones suplementarios hasta 2020.

Estas inversiones tienen un efecto en la economía mundial, asegura GSMA, cifrando en 3,3 billones de dólares la contribución de las telecomunicaciones en el PIB mundial, un 4,4% del total. En 2020 deberían alcanzar una porción del 4,9%, unos 4,2 billones de dólares.

Respecto a la quinta generación de tecnologías móviles (5G), el estudio anticipa el lanzamiento de las primeras ofertas comerciales en 2019 y una cobertura de un tercio de la población mundial en 2025. Para entonces, más de 1.000 millones de teléfonos inteligentes deberían utilizar esta red.